Hermoso entrega a una joven el anillo de compromiso de su novio.
Un joven le pidió al navarro que entregara el anillo de pedida a su futura esposa, antes de que le solicitara matrimonio.
Ganado: Seis toros de Javier Garfias, muy bien presentados y variados de comportamiento, y dos para rejones, tercero y sexto, de Fernando de la Mora, de muy buen juego, ambos premiados con arrastre lento.
Toreros: Fermín Spínola (silencio y oreja) Pablo Hermoso de Mendoza (dos orejas y oreja), Alejandro Amaya (silencio en ambos) y Paco Velászquez (silencio en ambos), que tomó la alternativa.
Lugar y fecha: Plaza portátil La Mexicana, en Tequisquiapán, estado de Querétaro. 28 de marzo.
Incidencias: Más de media plaza. Festejo nocturno. Después del paseíllo, el presidente municipal de Tequisquiapan entregó reconocimientos al ganadero Fernando de la Mora y al caballero navarro, que salió a hombros en solitario. Velásquez tomó la alternativa con el toro Gitanilla, número 17, de 540 kilos.
Pablo Hermoso de Mendoza triunfó el viernes pasado en la plaza querétara de Tequisquiapán en una doble vertiente: la de torero a caballo y la de padrino de una pareja de novios. Vayamos por partes.
Ante su primer toro, de mucha calidad y buen galope, deleitó al público con una gran faena, cimentada con caballos de la nueva hornada. De salida, sacó a Fo, de su hierro, al que se le vio sobrado toreando con los cuartos traseros. En banderillas, continuó el espectáculo con Vinoso, también con el hierro de la PH, que salió con limpieza de los embroques en tres banderillas, galopó de costado y se recreó con piruetas. Cerró el tercio con Duende, que se dejó ver en todo su esplendor con dos banderillas al cuarteo, preparadas con un balanceo o haciendo el tierra a tierra en la cara del toro. Cerró esta primera faena con Pirata, con el que, tras tres cortas y un par a dos manos, terminó con un gran rejón letal. Dos orejas de premio, que el navarro paseó en triunfo en una vuelta al ruedo junto al ganadero.
Y antes de que saliera el sexto toro, un joven le pidió al navarro que entregara a su novia el anillo de pedida a su futura esposa, antes de que el solicitante le pidiera matrimonio. Pablo accedió, ejerció de padrino sobre Churumay y todos tan felices. En lo meramente taurino, se encontró con un ejemplar que fue de menos a más. En banderillas, el toro mostró su buen tranco, lo que aprovechó el estellés para sacar a Disparate y lucirse galopando de costado, haciendo vibrar con la hermosina y permitiéndose el lujo de realizar una pirueta en la misma cara del toro. Después, continuó el deleite con Dalí, con el que clavó siempre al estribo y salió muy reunido. El maestro terminó su actuación con Pirata, con tres cortas en el morrillo del toro y un rejón de muerte, un tanto caído, que fulminó al toro. Nuevo trofeo para el torero y, al igual que al anterior, arrastre lento para el toro.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX