HERMOSO DE MENDOZA PROLONGA SU IDILIO CON EL PÚBLICO LISBOETA

El caballero navarro dando la vuelta al ruedo en el ruedo lisboeta.

El caballero navarro dando la vuelta al ruedo en el ruedo lisboeta.

El caballero navarro logró dar dos vueltas al ruedo pese a la mansedumbre de los toros.

Ganado: Toros de Varela Crujo, desiguales de presencia, mansos en conjunto, sin chispa.

Rejoneadores: Joao Moura (vuelta en ambos), Pablo Hermoso de Mendoza (vuelta y vuelta con petición de una segunda) y Marcos Bastinhas (ovación y vuelta).

Incidencias: Plaza de Campo Pequeño, en Lisboa (Portugal). Lleno. Antes de iniciarse el festejo, nocturno, hubo una brillante exhibición en el ruedo de la Charanga a caballo de la Guardia Nacional.

Campo Pequeño volvió a vivir el jueves pasado ese eterno idilio entre Pablo Hermoso de Mendoza y el público de Lisboa. No fue una de sus actuaciones más rotundas de las vividas en esta plaza debido a la mansedumbre de los toros, pero se vivieron momentos de alto nivel, dejando patente ese punto de clase y madurez del rejoneador navarro.

Ambos toros fueron parados por Napoleón, en dos lidias en las que aprovechó los momentos de más intensidad de los astados. En la salida es donde más bravos se mostraron y Napoleón los paró muy bien, doblándose en redondo y marcando los tiempos de forma magistral en cada una de las farpas que reunió, todas ellas colocadas muy al gusto del público portugués, dando el pecho en cada embroque.

Los tercios de banderillas fueron un canto al toreo frontal, al toreo con el pecho y se convirtió en un duelo en la distancia entre dos hermanos, Berlín y Disparate. Uno en cada toro marcó las pautas en cada una de las banderillas y en cada una de las reuniones. Ambos toros, muy parados, no dieron apenas opciones a los galopes de costado u otros alardes.

En el quinto, después de mucho meterse con el toro, Disparate consiguió hacer un atisbo de hermosina, muy breve, pero que hizo que el tendido explotara. El público pedía más faena cuando el castaño se retiró tras cinco banderillas y Pablo le dio un cambio de registro con la entrada de Pirata. Con el tordo colocó tres de las cortas en el centro del ruedo, dando el pecho y la cara en las reuniones y convirtiendo Campo Pequeño en un hervidero. Los tendidos querían más, pero el presidente no lo permitió y el caballero navarro se retiró del ruedo bajo una atronadora ovación.

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