HERMOSO DE MENDOZA COMIENZA HOY SU CAMPAÑA EN TIERRAS MEXICANAS

'Chicuelo' quebrando a un toro en la plaza de Nimes.

‘Chicuelo’ quebrando a un toro en la plaza de Nimes.

El inicio de su temporada en América ha coincidido con la muerte de ‘Chicuelo’, otro de sus caballos legendarios y el ‘enemigo’ de ‘Cagancho’.

Pablo Hermoso de Mendoza comienza hoy su decimosexta campaña en México y lo hará en la plaza de Arandas, en el estado de Jalisco, donde lidiará toros de Cerro Viejo y compartirá cartel con los diestros mexicanos Fabián Barba y Diego Silveti. El caballero navarro cumplirá su primer compromiso cinco días después de haber aterrizado en tierras mexicanas, a las que ha desplazado 27 caballos desde Oporto en un avión carguero.

A su cita de Arandas, le seguirán las de Moroleón (día 15), Tepeapulco (16) y Toluca (17). Ya en febrero tiene confirmadas las plazas de Encarnación de Díaz (1), Salvatierra (2), León (5), Autlán de la Grana (6), Cuernavaca (13) y la de México D. F. (21). Y así hasta llegar a las 56 actuaciones, una cifra que podía haber sido mayor, ya que el estellés ha renunciado a varias ofertas para no retrasar demasiado el inicio de su temporada europea.

Pérdida de otro histórico

Y fue precisamente en México donde Hermoso de Mendoza conoció la noticia de la muerte de otro de sus caballos históricos, de Chicuelo. Sucedió el domingo pasado, en las cuadras estellesas de Zarapuz, unos pocos días después de que quedaran casi vacías por el desplazamiento de la mayoría de los caballos a tierras mexicanas.

Nacido el 23 de marzo de 1987, fue inscrito con el nombre de Finorio. Hijo de Nilo y de Fazenda, su nacimiento se produjo en la Heredade do Pinheiro, en Portugal. Caballo menudo, muy compacto y con un fuerte carácter, fue adquirido por Hermoso de Mendoza en el invierno de 1993. Su debut se produjo el 5 de marzo de 1994, en la localidad toledana de Villarrubia de Santiago y, a partir de ese día, se convirtió en un fijo en la cuadra del rejoneador navarro, Rubricó su última actuación en tierras mexicanas, concretamente el 11 de febrero de 2006, en la localidad poblana de Papantla.

Imagen de Chicuelo en la finca estellesa Zaraputz.

Imagen de Chicuelo en la finca estellesa Zaraputz.

Chicuelo intervino en unos novecientos festejos, repartidos entre México y Europa, y siempre lo hizo en el tercio de banderillas, donde mostró sobre todo una especial habilidad y valor en la cara del toro y una enorme espectacularidad y personalidad en las piruetas. Esta personalidad se tradujo en un fuerte carácter, por lo que fue difícil de manejar para los mozos de cuadra y complicado a la hora de que su jinete se montara en él. El navarro llegó a manifestar que “era el único caballo que le había robado su personalidad en la plaza. Con él me tengo que dejar llevar y dejarlo que haga por sí mismo, interviniendo lo mínimo en su acción”.

Ese carácter estaba cimentado en una salud de hierro, que nunca lo hizo estar enfermo, ni sufrir en los viajes y que incluso en la única vez que sufrió una cornada grave –Bigastro (Alicante) el 9 de agosto de 1997-, se repusiera de forma milagrosa, a pesar que el pitón le rompió el peritoneo dejando al aire el intestino.

Chicuelo ha dejado una buena descendencia, con caballos como Van Gogh, Caviar (éste es el que más cualidades comparte con su padre) o, en generaciones posteriores, Beluga.

El ‘enemigo’ de ‘Cagancho’

Conocida era su enemistad con su hermano Cagancho, provocada seguramente por el hecho de que ambos compartían generalmente tercio de banderillas, colocando primero dos palitroques Cagancho y posteriormente otros dos Chicuelo. Eso hacía que siempre que Chicuelo iba a salir al ruedo, era Cagancho el que entraba por la puerta de la plaza, provocando una situación en la que parecía que el culpable de su salida al ruedo fuera el cuatralbo. Eso provocaba una enorme tensión en los patios cuando ambos se cruzaban y que llegó al punto más alto el 22 de septiembre de 1997 en Medina del Campo; al bajar Pablo de Cagancho para subir a Chicuelo, éste consiguió zafarse de la persona que lo sujetaba y se lanzó al cuello de Cagancho propinándole varios mordiscos y provocándole diversas heridas hasta que pudo ser separado.

Por eso nunca compartían espacios juntos, ni lugares próximos en la cuadra… hasta su jubilación, cuando Pablo decidió que compartieran boxes juntos y, a pesar de que al principio se ponían muy malas caras, lo cierto es que al final, ya mayorcitos, reflejaban una gran complicidad entre ambos, más patente cuando compartían espacio en las praderas de Zaraputz.

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