Derechazo largo de Isiegas a una de las eralas de Ganadería de Pincha.
Los diestros Jorge Isiegas y Rafael Orellana probaron la bravura de cuatro eralas con clase y motor. Galería fotográfica.
El viento impidió que se celebrase el tentadero el sábado. Tuvo que ser aplazado al día siguiente. En los corrales, cuatro eralas de Ganadería de Pincha, cuatro, que en el ruedo de la plaza de tientas derrocharon bravura y embistieron con nobleza, clase y motor en la muleta. Ante ellas, torearon el venezolano Rafael Orellana y el zaragozano Jorge Isiegas, ambos matadores de alternativa. Y también un curtido picador navarro, Juan Manuel Sangüesa, y un veterano banderillero, el navarro Manu Rodríguez, que realizó a la perfección la labor de auxiliador.
Las cuatro vacas tentadas atesoraron bravura en el caballo y calidad en la muleta. Embistieron con fijeza, nobleza, clase y motor, y aguantaron en el ruedo largas faenas, de aproximadamente veinte minutos. Con esta materia prima, Orellana se mostró seguro, sabiendo siempre lo que se traía entre manos, e Isiegas, muy voluntarioso. Su lote bajó algo de nota, porque la segunda mostró en la muleta un leve punteo y a la cuarta, después de siete puyazos, siete, le faltó algo de motor, tal vez porque acusó el duro castigo en varas.
Por último, el tentadero contó nada menos que con cinco tapias: el navarro Pablo Hernández, la riojana Patricia Sacristán, los aragoneses Ángel y Gabriela Mayor, y el donostiarra Ekaitz Moreno. Todos ellos pudieron robar algunas series a las eralas, que también fueron toreadas por el rejoneador calagurritano Sergio Domínguez, quien puso a prueba varios caballos de su cuadra.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX