FERNANDO MORENO PROPONE DAR MÁS PODER DE DECISIÓN AL PRESIDENTE

Fernando Moreno recibe un obsequio de manos de Patxi Garbayo, presidente de la Federación Taurina de Navarra.

Fernando Moreno recibe un obsequio de manos de Patxi Garbayo, presidente de la Federación Taurina de Navarra.

Quien es asesor taurino de la plaza de toros de Pamplona desde hace cinco años intervino como ponente en el curso de presidentes promovido por la Federación Taurina de Navarra.

La jornada vespertina del curso comenzó con la intervención de Fernando Moreno, asesor de la presidencia de la plaza de Pamplona desde hace cinco años, quien argumentó en su ponencia la necesidad de cambiar el reglamento en lo referente al palco presidencial y se mostró partidario de una normativa única, para todas las plazas.

Una de sus variadas propuestas fue la de otorgar al presidente la potestad de conceder la primera oreja –ahora en manos de una petición mayoritaria del público-, e incluso la vuelta al ruedo. “Si la primera oreja la concede el público y la del rabo está prohibida, proscrita mejor dicho, en Pamplona al presidente la concesión de una oreja, de la segunda. De la manera que propongo, la concesión de trofeos respondería siempre a un criterio taurino y no simplemente festivo, como ha sucedido en ocasiones. Sirva como ejemplo el examinar la calidad de un cuadro. ¿Quién lo hará mejor, un jurado popular o uno formado por licenciados en Arte?”, explicó Moreno. Tal propuesta fue rebatida por uno de los asistentes, que defendió que el público debía conceder no sólo la primera oreja sino también la segunda.

Entre otras muchas propuestas, Moreno se refirió a cómo debía la presidencia ideal de una plaza de toros. “Tendría que ser del agrado del torero, ganadero, público, empresario y medios de comunicación, y esto, sinceramente, es imposible”, concluyó el asesor taurino.

El curso concluyó con la conferencia de Javier Eguíluz, veterinario del Gobierno de Navarra, ya jubilado, quien explicó el importante papel que desempeñan estos profesionales en los festejos taurinos, presentes siempre en el reconocimiento previo de las reses, en el definitivo, en el sorteo y enchiqueramiento, en el desarrollo de la corrida o de la novillada, y en el examen post mortem.

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