FALLECE LA TORERA ALICANTINA ÁNGELA, A LOS 70 AÑOS DE EDAD

Ángela, momentos antes de hacer un paseíllo.

Ángela, momentos antes de hacer un paseíllo.

En 1976, intervino en un festival benéfico en Cintruénigo, en el que fue abroncada.

La torera Ángela Hernández ha fallecido esta madrugada en la clínica La Milagrosa de Madrid tras no superar una intervención a la que fue sometida para paliar una lesión en uno de sus hombros. María de los Ángeles Hernández Gómez, que era su verdadero nombre, había nacido el 2 de agosto de 1946 en Alicante, ciudad donde se tiró como espontánea con tan solo 13 años de edad.

De muy precoz vocación, en su juventud se forjó en la placita de Francisco Esplá, padre de Luis Francisco y Juan Antonio y se lanzó como espontánea en su ciudad natal el 18 de noviembre de 1959. No pudo actuar en España como torera a pie por la prohibición explícita de la legislación vigente, por lo que aprendió a equitación para torear como rejoneadora desde la temporada de 1964. Ángela tuvo que combinar salidas a Francia y América para demostrar su valentía pie a tierra.

La suya fue una lucha sin cuartel para poder torear, una dura cruzada en los tribunales reivindicando el papel de la mujer en el toreo a pie, que concluyó el 10 de agosto de 1974, cuando el Ministerio de la Gobernación decretó la suspensión del artículo 49 párrafo C del Reglamento Taurino que prohibía torear a pie a las mujeres en España.

Ese mismo año toreó un festival en el mes de septiembre en Jerez de los Caballeros antes de intervenir de luces y de corto en diversos cosos ibéricos. La campaña de 1975 ya la realizó como novillero con picadores tras debutar el 25 de mayo en Palma de Mallorca con el resultado de dos orejas. Su carrera combinó España con América -con mucho éxito popular al otro lado del charco- pero la multitud de lesiones la evitaron tener cierta continuidad, sobre todo tras una cogida en Huesca que le afectó a la columna vertebral y que tuvo que ser operada en varias ocasiones. Alterno triunfos con diversos percances y en 1979 tomó la alternativa en México de manos de Manolo Martínez.

Su lucha en los despachos y su posterior victoria fue su principal aportación a La Tauromaquia, más allá incluso de los obtenidos en los ruedos. Fuera de los mismos se mantuvo ligada a este arte en distintas facetas, pues apoderó, entre otros, a toreros como Luis Rubias, El Arqueño o Conchi Ríos, además de ejercer como representante de ganaderías como María Palma o Aguadulce.

Sus restos mortales serán trasladados al tanatorio de Getafe y posteriormente será enterrada en el cementerio de Torrejón de Velasco, su lugar de residencia. Descanse en paz.

Sin suerte

En Navarra, intervino a finales de febrero de 1976 en un festival benéfico que se celebró en la plaza de Cintruénigo y que registró un lleno total. Alternó con Efraín Girón (dos orejas), Sánchez Bejarano (dos orejas), El Macareno (oreja) y José Julio Granada. Se lidiaron cinco novillos de Jesús Trilla, de Colmenar, flojos, mansos, algunos peligrosos y deslucidos en general; al cuarto se le perdonó la vida a petición del ganadero, por razones afectivas, puesto que jugaba con sus hijas en la finca; a cambio, prometió enviar gratis tres novillos para un festival que se iba a celebrar a beneficio del asilo de ancianos.

Según la prensa de la época, “le correspondió un bicho muy pequeñito y apropiado para ella, que embistió bien, el quinto y último. Demostró en tres buenos lances de capa que tenía estilo y posibilidades. Pero dejó claro también que todo se acababa ahí porque el miedo la mantuvo siempre a una buena distancia del novillo mientras sus peones lo correteaban por la plaza intentando matarlo de cansancio. Recibió un aviso, mató de dos pinchazos, si a eso se le puede llamar matar, y fue abroncada a pesar de su gracia femenina”.

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