Arguedano, junto a su padre, Teófilo, ejerció varios años de pastor en los encierros de San Fermín.
Se puede afirmar que la ganadería Íñiguez, de Arguedas, se ha quedado huérfana, pues ha perdido a José Mena Fernández, su fiel mayoral, su incansable conocedor. Tras una enfermedad, falleció el pasado 1 de junio, sábado, a los 71 años de edad. Diez meses antes, el 31 de julio de 2018, había perdido a su amor de siempre, a su esposa, Loli Luzuriaga. De este matrimonio, nacieron tres hijos, Amaya, Izaskun y Javier, que ha tomado el relevo taurino de su padre.
Los ganaderos, Alfredo Íñiguez Delmás, su hijo, Alfredo Íñiguez Moncayola y buen puñado de amigos (Perico Rebota, Fortunas…) siguen llorando su pérdida. Como gran conocedor de este hierro, capitaneó los herraderos y los tentaderos en esta ganadería de bravo.
Nacido en Arguedas el 5 de abril de 1948, desde bien pequeño, cuando tenía apenas 8 años ayudaba a su padre, Teófilo Mena, en La Corraliza y en El Ventorrillo, fincas de Chopera ubicadas en Arguedas y Tudela. Como trabajaban para Chopera, Teófilo y José ejercieron varios años de pastores en los encierros de San Fermín.
Más tarde, cuando tenía 15 años, cambió de residencia y vino a vivir a Pamplona, junto a toda su familia. Comenzó a trabajar en una fábrica; años más tarde fue camionero y, finalmente, creó una empresa de ambulancias, en la que trabajó hasta su jubilación. Mientras tanto, recuperó la amistad con los hermanos Íñiguez. Fue Alfredo quien finalmente se quedó en solitario con la ganadería y, con el paso del tiempo, estableció una gran amistad con él, amistad que les convirtió casi en hermanos.
A partir de ahora, la finca arguedana y bardenera Pieza del Rey ya no será la misma. Alguien faltará, alguien que siempre será recordado. Y allí, desde el cielo, dirigirás los futuros herraderos y tomarás minuciosas notas de los tentaderos. Un buen taurino nos ha dejado. Descanse en paz.
En las redes sociales, los Íñiguez se han expresado de la siguiente manera: “D.E.P. José Mena Fernández.
Hoy es uno de los días más tristes de nuestro recorrido, se va un mayoral, un padre, un hermano, un amigo y una de las mejores personas que hemos conocido. En esta casa, desde que tenemos uso de razón no solo has sido un mayoral, eras mucho más que eso, la persona de confianza, con pasión y razón sobre todo lo que hacías tanto en el ganado como en la vida. Allí donde miramos, en cada rincón de nuestra finca, plaza, corral, burladero, animal… estas tú. Es imposible ver esto sin que estés en nuestra mente. Gracias por todo. Siempre estarás con nosotros.
Descansa en paz, allí donde vayas ahora sabemos que te reunirás con tu amor Loli. Tu familia te adora, te quiere”.