FALLECE EL DIESTRO PASCUAL GÓMEZ JAÉN A LOS SETENTA AÑOS DE EDAD

Primer plano de Pascual Gómez Jaén.

Toreó tres tardes en la capital navarra, todas ellas en novilladas sin y con caballos.

El torero alicantino Pascual Gómez Jaén, natural de Catral pero afincado desde hacía unos años en Coria, murió este pasado jueves, 4 de mayo, a los 70 años de edad en Moraleja. En Pamplona, toreó tres tardes, en dos novilladas económicas y una con los del castoreño. Descanse en paz.

Nacido el 3 de octubre de 1952, tomó la alternativa de la mano de Antonio Chenel ‘Antoñete’ en una corrida de toros celebrada en Benidorm el 12 de agosto 1984, con Arturo Blau Espadas de testigo y toros de Terrubias. Confirmó su doctorado el 7 de agosto de 1988 de manos de Rafael Gil.

Retirado de los ruedos, ejerció de director de lidia en los festejos taurinos populares de numerosos municipios, entre ellos en las fiestas de San Juan de Coria, en las que se da suelta a los toros por las calles del recinto histórico. Hace diez años sufrió una gravísima cornada en uno de estos festejos, celebrado en la localidad salmantina de Fuenteguinaldo.

Escaso bagaje en Pamplona

Gómez Jaén sumó tres tardes en la capital de Navarra. La primera, el 21 de mayo de 1972. Fue una novillada sin picar a la que acudió escasísimo público. Alternó con Antoni Castilla y Gabriel Lalana (oreja del quinto) en la lidia de seis reses de Fuentelespino. Le cortó una oreja al tercero de la tarde y dio la vuelta al ruedo tras despachar al que cerró plaza.

Meses después, el 24 de septiembre, regresó a Pamplona, para intervenir en otra novillada económica. Hizo el paseíllo con Justo Benítez (oreja y saludos) y Pedro Giraldo (oreja y dos orejas). De nuevo, se registró floja entrada pese a la soleada tarde. Se lidiaron seis erales de Juliana Tabernero, desiguales de presencia y juego. Firmó una buena actuación ya que le cortó una oreja a cada uno de su lote, tercero y sexto.

Tuvieron que pasar casi seis años, para poder volver a ver a Gómez Jaén en el coso pamplonés. Fue el 4 de junio, tarde en la que se anunció y celebró una novillada picada, ante la presencia de tres mil personas. Se lidiaron seis utreros de Apolinar Soriano, de magnífica presentación, bonitos de hechuras, tres fueron toreables y tres tuvieron peligro y dificultades. Compartió cartel con Pepe Luis Vargas (oreja y dos orejas) y Mary Fortes, que resultó cogida y sólo pudo matar uno. Lo mejor de su actuación fueron las cinco verónicas y la media con que recibió al sexto novillo, el que mató por la cogida de Fortes. Con la espada estuvo sólo regular. Recibió el silencio del público en sus dos primeras intervenciones y escuchó aplausos cuando dobló el novillo que cerró plaza.

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