Como matador de toros, toreó en Pamplona seis años, en los que hizo siete paseíllos, estoqueó catorce toros y cortó una oreja.
El diestro gaditano Emilio Oliva Baro ha fallecido este jueves a los 60 años de edad víctima de una larga enfermedad que no ha podido superar tras varios años. Natural de Chiclana, Emilio Oliva nació el 3 de diciembre de 1963. Hijo del matador de toros del mismo nombre, y hermano de los matadores Abel Oliva y David Oliva, y del novillero Isaac Oliva, su debut con picadores tuvo lugar en Alcalá de Guadaíra el 28 de febrero de 1981 e incluso ganó el prestigioso Zapato de Oro de Arnedo en 1983 y abrió la Puerta del Príncipe de Sevilla.
La alternativa la tomó el 19 de marzo de 1985 en El Puerto de Santa María de manos de Rafael de Paula y con José Luis Galloso como testigo, con el toro Bocinazo, de la ganadería de Gabriel Rojas. Confirmó su doctorado en Las Ventas el 26 de mayo de esa misma temporada, con Francisco Ruiz Miguel como padrino y en presencia de Luis Reina, con el toro Grapero, de Pablo Romero.
Su retirada llegó el 2 de agosto de 1991, para volver a los ruedos en 2003, toreando tres corridas y retirarse definitivamente. Posteriormente, toreó nuevamente en Chiclana un festejo extraordinario, el 15 de junio de 2008, con Uceda Leal y Alejandro Morilla, y toros de Luis Albarrán.
Muy querido en el mundo del toro, con buen concepto y muy espigado, se mantuvo diez años en el escalafón con buen cartel en su máximo apogeo entre las décadas de los 80 y 90. En 1991 protagonizó dos tardes muy destacadas en San Isidro con un toro de José Escolar y otra en Bilbao con un toro de Victorino Martín, aunque en ambas malogró las faenas con la espada, que fue el gran lastre de su carrera. Otra corrida destacada de su trayectoria la tuvo en Sevilla con un toro de María Luisa Domínguez el Lunes de Resaca.
Emilio Oliva está siendo velado este jueves en el cementerio mancomunado y el mañana, viernes, a las 11:30, sus restos mortales serán trasladados a la iglesia de San Telmo donde a la 13:00 se celebrará la misa.
Recordado en Pamplona
El diestro gaditano comenzó su andadura en la capital navarra el 6 de julio de 1984. Se enfrentó a dos bravos utreros de Cebada Gago. Le cortó una oreja a cada uno y salió a hombros junto a Lucio Sandín.
Ya como matador de toros, toreó en Pamplona seis años, en los que hizo siete paseíllos, estoqueó catorce toros y cortó una oreja. Se presentó como espada de alternativa el 13 de julio de 1985. Frente a deslucidos toros de Félix Hernández, consiguió una oreja que no pasó de verbenera, la única conseguida en la capital navarra.
Regresó en 1986 y no tuvo suerte con toros de Fermín Bohórquez. Lo mismo le ocurrió en 1987 con lotes de Salvador Guardiola y Herederos de José Cebada Gago. Se fue asimismo de vacío en 1988, en una tarde en la que lidió un encierro de Mari Carmen Camacho junto a José Ortega Cano y Joselito; por lo menos, consiguió dar una vuelta al ruedo. Y en su última actuación en San Fermín, en 1989, el 10 de julio, con toros de Salvador Guardiola Fantoni, tampoco obtuvo trofeo alguno y sólo obtuvo el silencio del público en sus actuaciones.
Su último paseíllo en Pamplona lo realizó el 22 de septiembre de 1991, en la Feria de San Fermín Chiquito. Se enfrentó a dos de Fermín Bohórquez, de aceptable presentación, escasos de fuerzas y blandos de manos, que se pararon en el último tercio, resultando deslucidos. Saludó desde el tercio en el que abrió plaza por culpa de la espada y se le silenció en el cuarto. Le acompañaron en el cartel Rafael de la Viña y Juan Cuéllar, que tampoco obtuvieron trofeos.
También otras plazas de Navarra
El toreo de Emilio Oliva se pudo presenciar en numerosas plazas de Navarra; concretamente, en seis, en sus etapas de novillero y de matador de toros, y en un par de festivales. Los festejos son los siguientes:
Corella. 1983. Novillero. Seis utreros de Camaligera. Saludos y oreja.
Peralta. 1984. Seis utreros de Flores Albarrán. Oreja y vuelta.
Cintruénigo. 1987. Seis toros de César Moreno. Dos orejas y saludos.
Estella. 1988. Seis toros de La Herguijuela. Vuelta y silencio.
Estella. 1990. Seis toros de Herederos de José Escobar. Oreja y vuelta.
Sangüesa. 1990. Seis toros de Marqués de Albaserrada. Silencio y dos orejas.
Peralta. 1992. Festival picado. Cuatro toros de Sánchez Arjona. Silencio y saludos.
Olite. 1995. Festival. Tres erales del Marqués de Albayda, otro de Víctor y Marín, y otro de Hermanos Idiazábal. Oreja.