Tres reses rezagadas prolongaron una carrera que duró casi quince minutos y no registró heridos.
El quinto encierro matutino de las fiestas patronales de Estella discurrió lento pero sin que se registraran incidentes significativos. Cuatro de las siete vacas de la ganadería Herederos de Ángel Macua, de Larraga, pisaron la arena del coso estellés a los tres minutos del momento en que el sonido de la mecha señalara el inicio del encierro.
Una de las reses se rezagó en el primer tramo del recorrido y otras dos volvieron sobre sus pasos en la parte más alta de la cuesta de Entrañas, donde decenas de mozos se colocaron, como cada día, con una barricada de plástico negro. A las 9.13 horas, los tres animales restantes saltaron por fin la barrera y los mozos no pudieron impedir su marcha hasta los corrales de la plaza de toros, donde llegaron un minuto más tarde, a las 9.14.
El equipo de Cruz Roja no efectuó ningún traslado al hospital. Únicamente hubo que atender a la altura de la calle Chapitel a un joven de Tolosa con un leve corte en el pie.
Las gradas del coso se encontraban completas en torno a dos tercios de su aforo y el espectáculo taurino que tuvo lugar a continuación con la suelta de seis vaquillas fue presidido por el edil de Geroa Bai Pablo Ezcurra Fernández. “Acudo a los encierros siempre que puedo. Este año he visto menos porque, al tener tantos actos oficiales por las mañanas, hay que descansar bien. También suelo venir todos los años a las corridas. Incluso cuando estaba estudiando en Burgos, fui a ver allí a Pablo Hermoso de Mendoza”, contaba.
Ander Lizarralde Casamayor, de 20 años de edad y procedente de Villabona (Guipúzcoa), realizó los mejores recortes del día, lo que le valió el premio valorado en 100 euros en metálico que otorgan cada mañana el Club Taurino Estellés y el Ayuntamiento de la ciudad al mejor recortador no profesional de la suelta.
Información de María Puy Portillo para Diario de Navarra.