Manolo de los Reyes saluda montera en mano en la plaza de Arnedo ante la presencia del novillero Cristiano Torres, mientras El Víctor se retira ya a un burladero.
Toreó a las órdenes de Cristiano Torres y compartió triunfo con las banderillas con el calagurritano El Víctor.
El banderillero pamplonés Manolo de los Reyes está poniendo fin a una estupenda y prueba de ello es que el domingo pasado tuvo que volver a saludar montera en mano, esta vez en la riojana plaza de Arnedo, donde se celebró la cuarta novillada picada del prestigioso Zapato de Oro. Toreó a las órdenes de Cristiano Torres, que cortó la única oreja de la tarde, aunque el palco fue abroncado por no conceder las dos del tercero, un utrero de Guadalmena, como el resto de un encierro muy bien presentado, cuajado, pero de nulo juego.
El hombre de plata navarro protagonizó un soberbio tercio de banderillas en el sexto. Se dejó ver, dejó llegar al novillo, cuadró en la cara y dejó los rehiletes en lo alto. Lo mismo hizo el calagurritano El Víctor, por lo que ambos saludaron montera en mano. Ese segundo tercio fue lo mejor del sexto. Torres falló al matar y no logró redondear la tarde; se tuvo que conformar con una ovación.
Bajo casi media entrada, torearon Fabio Jiménez (silencio y silencio tras aviso), Manuel Caballero (silencio en ambos) y Cristiano Torres (oreja con dos vueltas al ruedo y ovación). El diestro riojano Diego Urdiales recibió un pequeño homenaje porque se cumplían veinticinco años desde que realizó la faena que le proclamó ganador del Zapato de Oro.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX