El navarro Aaron Navas fue agasjado con ramos de flores durante su vuelta al ruedo. Fotografía: Leyre Corroza.
Mostró muy buenas maneras, tanto de capa como de muleta, y dejó clara muestra de la evolución de su toreo.
El becerrista navarro Aaron Navas tuvo ayer una destacada actuación en el Bolsín Ciudad de Logroño, que, organizado por BMF Toros, se celebró en el coso La Ribera. El joven cirbonero, hijo de Víctor Navas, pastor de los encierros de San Fermín, y apoyado por Sergio Sánchez, alternó con Alberto Donaire, de Calahorra, y Patricia Sacristán, de Tricio.
Este trío de promesas del toreo se enfrentó a un encierro de novillos riojanos de Álvaro y Pablo Lumbreras, de procedencia Santa Coloma y Núñez, que estuvieron bien presentados y ofrecieron excelente juego, lo que permitió lucirse a los actuantes.
El calagurritano Alberto Donaire, formado de la Escuela Taurina de Valencia, se vio que era el más placeado. Estuvo muy bien con el capote y con la muleta. El galardón del jurado recayó en él, que demostró estar preparado para su debut con los del castoreño, algo que tendrá lugar en Algemesí el próximo 24 de septiembre.
Por su parte, Patricia Sacristán, riojana asimismo y alumna de la academia palentina de Cúchares, que ha participado en diversos certámenes en España o Francia, demostró muchas ganas y convenció con su toreo al respetable.
Pero, sin lugar a dudas, la gran sorpresa del bolsín vino dada por el becerrista benjamín, por el navarro Navas, por quien menos bagaje poseía. Estuvo en muy torero, tanto de capa como de muleta; mostró poder y gusto, una evolución ilusionante, y dejó extraordinarias sensaciones.
Como este bolsín riojano era sin muerte de astados, los tres jóvenes novilleros dieron sendas vueltas al ruedo, muy aclamadas por el público.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX