De izda. a dcha., Santiago Campo, presidente del taurino peraltés, el ganadero Jesús Cobaleda y Juan Antonio Burdaspar, secretario de la entidad taurina.
Hizo un recorrido por la edad de oro de los ‘patasblancas’ hasta llegar al momento actual.
El ganadero salmantino Jesús Cobaleda ofreció recientemente en el Club Taurino de Peralta una charla en la que analizó el recorrido histórico de Barcial, del hierro de los famosos patasblancas, de procedencia Vega Villar.
En una sala llena de aficionados, no sólo peralteses sino llegados desde San Adrián, Tafalla, Arnedo y Falces, el criador rememoró los años 60, década en que se llegaban a celebrar en Madrid hasta cuatro festejos con esta ganadería. “Entonces teníamos hasta 250 vacas de vientre, pero diversos factores, en especial enfermedades como la brucelosis, y la moda de un toro mayor la redujeron considerablemente. En la actualidad, sólo tenemos 120 vacas”, aseguró el criador de bravo.
Nacido en 1972 y licenciado en Bellas Artes, el conferenciante explicó la historia de su ganadería. “La compró mi bisabuelo Arturo Sánchez Cobaleda en el 28. Siendo muy joven todavía, mi padre, Antonio Cobaleda González, la heredó de mi abuelo Jesús, allá por los años 60. Era la época de más auge de la ganadería, en ese momento era ya un hiero puntero; nuestros ejemplares los toreaban todas las figuras: Bienvenida, Aparicio, Litri… Más tarde se produjo un punto de inflexión, cuando se comenzó a exigir en las plazas de toros un determinado peso. Entonces se tendió a engordar, a sacar de tipo a los toros… y la cosa cambió”, indicó quien también es licenciado en Bellas Artes.
Los citados patasblancas se lidiaron en Pamplona en 1964, el 8 de julio, en una tarde en la que Pedrés escuchó pitos, Curro Girón fue abroncado y Miguelín salió a hombros tras realizar una emocionante faena al tercero, premiada con las dos orejas. Fue un festejo televisado en el que los toros, bien presentados, con kilos, y aparatosas defensas, mansearon y fueron peligrosos casi todos en la muleta.
Dada su importancia, la sangre de Barcial traspasó sus fronteras de la finca La Torre, en la localidad salmantina de San Pedro de Rozados. De hecho, la ganadería Monteviejo, de Victorino Martín, comenzó en julio de 1995 por la compra a Cobaleda de la mitad de las 167 vacas mayores de tres años de Barcial.
En los últimos años, esta ganadería ha tenido un buen mercado en Francia. “Muchos aficionados franceses se ponen en contacto con nosotros para visitar los toros. En Francia gusta mucho el comportamiento y el pelo de estos animales. Lidiamos mucho allí, y somos muy conocidos. La afición francesa me gusta mucho, es más torista”, concluyó Cobaleda.
Para esta temporada, dispone de tres novilladas, la más seria se lidiará en la plaza vallisoletana de San Esteban de Predrajas, dentro del certamen Piñón de España, y la menos cuajada la destinará al rejoneo.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX