Una treintena aficionados fue testigo de un tentadero a cargo del matador de toros pamplonés Francisco Expósito. Reportaje fotográfico.
El Club Taurino Casta Brava de Arguedas visitó ayer en Ablitas la ganadería de José Arriazu e Hijos y vivió así una completa jornada campera. Tras el almuerzo de rigor, una treintena de aficionados arguedanos recorrió las instalaciones de la finca La Estanca y pudo así contemplar el ganado bravo que se cría ella.
Seguidamente, los socios del citado club taurino fueron testigos de un muy interesante tentadero a cargo del matador de toros pamplonés Francisco Expósito, quien, muy bien auxiliado por Pablo Simón y Paco Ramos, probó la bravura de dos eralas de muy distinta condición. La primera, muy complicada, de salida sólo quiso huir; después, aceptó muletazos por el izquierdo, aunque sólo los dos primeros de cada tanda; al tercero se revolvía con listeza.
Completamente distinta fue la segunda, que tuvo fijeza y calidad. Embistió humillada con generoso recorrido, por ambos pitones y el diestro navarro la aprovechó de principio a fin. Los derechazos y naturales, largos y mandones, se sucedieron, en un trasteo repleto de ese gusto propio del espada pamplonés.
La tienta, por su exigencia, satisfizo a Expósito y asimismo a los aficionados de Arguedas, quienes la comentaron en profundidad a lo largo de una comida de hermandad que puso fin a la interesantísima jornada campera.