Por la tarde, las vacas intentaron subir hacia donde se encontraba el público. Fotografía: Blanca Aldanondo.
Por la mañana transcurrió con normalidad y por la tarde varias reses intentaron subir hasta donde estaba el público.
Arguedas inauguró ayer la primera doble ración de encierro del Estrecho de las fiestas patronales. Dos festejos taurinos sin ningún tipo de incidentes, pero con algún momento de peligro y emoción que permitieron a arguedanos y visitantes disfrutar del acto más esperado y popular de todas las fiestas. Un espectáculo que el ayuntamiento arguedano quiere potenciar al máximo y convertirlo en el icono de estas fiestas para atraer al mayor número de visitantes posible.
Doble encierro
El primer encierro matutino de las fiestas en honor a San Esteban transcurrió con total normalidad y sin ningún tipo de incidente, tan sólo las caídas de los mozos provocadas más por el nerviosismo que por las propias reses. Durante casi dos horas, las vacas de la ganadería Ustárroz Sanz desfilaron agrupadas por la cuesta del Estrecho que conecta el casco urbano con la ermita del Yugo.
El peligro y la emoción se convirtieron en los protagonistas del encierro de la tarde gracias a las tres ‘escaladas’ por la ladera del monte de las reses que provocaron algún susto entre los espectadores más atrevidos que habían elegido este lugar para presenciar el encierro.
Fueron apenas 15 minutos de nerviosismo en los que algunas vaquillas decidieron descolgarse del grupo y dejar momentos de gran emoción marcados por los saltos y las subidas al monte.
Información de E. Morancho y B. Goitiandía para Diario de Navarra.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX