Un momento del desencajonamiento de ayer en plaza de Peralta. Fotografía: ahorazonamedia.com
La plaza de toros cuenta con una nueva capilla, que se mantendrá de manera permanente.
La plaza de Peralta ya está preparada para la feria de las fiestas patronales. Al menos, dos corrales ya cuentan con compañía. El desencajonamiento de los dos primeros encierros de su feria, los de Adelaida Rodríguez y Castillejo de Huebra, se llevó a cabo ayer ante un muy numeroso público, que llenó media plaza.
En primer lugar salieron los toros de la ganadería Castillejo de Huebra, que serán lidiados por los rejoneadores Joao Telles y Manuel Moreno el próximo martes. Uno tras otro, saltaron al ruedo los siguientes toros: Corsario, número 114; Capitán, número 88; Algodonillo, número 50; y Algodón, número 44.
A continuación, se desembarcaron los ejemplares de Adelaida Rodríguez, utreros que protagonizarán mañana la novillada inaugural de la feria. El primero en salir fue Acuarera con el número 53; tras él, le siguió Cigarrero, con el 56. A continuación, Limonito, con el número 54, que no se decidía a salir del camión y se quedó un buen rato en la rampa sin tirar para adelante ni para atrás; Ladrón, con el número 41 salió más decidido; así como Luminoso con el 45 y Malvillo con el 11. Estos novillos serán lidiados por Luis Gerpe, Miguel Ángel Silva; y Clemente.
Nueva capilla
Entre las novedades que se han preparado este año para las fiestas de Peralta, destaca este año una capilla que inaugura la localidad con intención de que los toreros puedan rezar antes de salir al ruedo. Así lo explicó ayer la alcaldesa de Peralta, Mª José Vidorreta.
“Hemos hecho un hueco donde se ponen los picadores porque nos pareció algo bonito”, indicó la máxima representante del ayuntamiento, admitiendo asimismo que han contado para ponerla en marcha con el apoyo del párroco, Javier Leoz.
La capilla, que se ha colocado dentro de la plaza de toros, se mantendrá de forma permanente.
Fuente de información: Ahorazonamedia.com y Diario de Navarra.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX