De la Fuente y Perera salieron a hombros en Peralta.
Jorge Martínez ejecutó en Peralta el mejor toreo de la tarde, pero falló a la hora de matar y se fue de vacío. Galería de imágenes.
Ganado: Seis utreros de Santafé Martón, bien presentados, serios de cara, nobles, con clase pero justos de fuerza; primero, tercero y quinto fueron ovacionados en el arrastre.
Novilleros: Daniel de la Fuente (oreja en ambos), Jorge Martínez (saludos desde el tercio y gran ovación) y Manuel Perera (dos orejas y oreja).
Lugar y fecha: Plaza de toros de Peralta (Navarra). 11 de septiembre de 2021.
Incidencias: Tarde agradable. Unos cuatrocientos espectadores. Daniel Sánchez, Antonio Vázquez y Javier Pérez saludaron montera en mano tras banderillear al lote de Perera. Éste llegó con quince minutos de retraso tras resultar herido en el escroto cuando toreaba por la mañana en la plaza cántabra de Molledo. De la Fuente y Perera salieron a hombros.
Si Martínez llega a acertar en el quinto con el estoque y si el ganado lidiado, que derrochó clase, llega a tener más fuerza, los aficionados seguirían hablando hoy, domingo, de lo presenciado ayer en la plaza de Peralta, porque habrían presenciado una gran novillada picada. Sin estos dos factores, la realidad es que se pudo ver un buen festejo, tanto para el gran público como para el aficionado.
En este contexto, quien mejor toreo mostró fue, curiosamente, el único novillero que no cortó trofeos y que, por tanto, abandonó la plaza a pie. Frente al quinto, el utrero más cuajado del buen encierro, que atesoró calidad, toreó con verticalidad y demostró un gran manejo de la mano izquierda, en un estupendo concepto al natural. Pero, tras ejecutar el toreo de más peso de la tarde, el fallo reiterado con la espada le impidió cobrar el doble trofeo. Recibió una gran ovación, a la que correspondió saludando desde el tercio. El utrero fue ovacionado en el arrastre.
En su primera intervención, el joven murciano de la escuela de Almería, se encontró con un ejemplar con poca fuerza, que deslució su voluntad. Tuvo que realizar labor de enfermero. Tras matarlo, saludó desde el tercio.
Perera, tras su actuación matinal en Molledo, llegó a Peralta mermado de facultades. Sin embargo, echó el resto por agradar. Ante su primero, estuvo vistoso con el capote y su cuadrilla se lució en banderillas. En el último tercio, se encontró con un novillo que salía suelto de la muleta, pero el joven pacense supo corregir este defecto. ¿Cómo? Llevándolo empapado en el engaño. De este modo, firmó tres tandas de calidad por el derecho. Al final del trasteo, optó por un toreo de cercanías, ante un utrero con mucha clase. Mató de una estocada desprendida, tirando a baja, y el palco le premió con las dos orejas de un ejemplar que fue ovacionado en el arrastre. Con un trofeo bastaba.
Frente al sexto, cambió la taleguilla por unos pantalones vaqueros, que le permitían más alivio de cara a las molestias que sufría por la herida en el escroto que había sufrido por la mañana en Molledo. Se encontró con un novillo más blando. Pero supo acoplarse con un toreo algo despegado. A fuerza de tirar, realizó una faena larga, algo pesada, concluida con una estocada y premiada con una justa oreja.
Por último, Daniel de la Fuente dejó asimismo buena imagen y convenció con su toreo. Buen estilo mostró con el recibo de capa al que abrió plaza, un utrero que recibió mala lidia en banderillas. En el último tercio, se encontró con un novillo justo de fuerza pero con mucha calidad. Ante él, dibujó una faena larga, en la que destacó su buen toreo al natural. Mató de una entera y cobró una oreja; ovación para el novillo en el arrastre.
Frente al cuarto, se repitió la historia. Novillo con clase pero de justas energías ante el que trazó una bien cimentada faena, con sucesión de templados naturales. Terminó con media efectiva y paseó en triunfo otra oreja, la que le abría una merecida puerta grande.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX