Natural de Fernández a ‘Olivito’, el sexto de Miura y el mejor toro de la pasada feria pamplonesa.
El diestro sevillano asegura, sin embargo, que en Cintruénigo protagonizó la tarde de su vida.
“Iba muy ilusionado a Pamplona, pensé que triunfaría y pinché a un miura, pudiendo cortar una oreja con mucha fuerza. Eso me afectó mucho psicológicamente y lo he pasado. No se le deseo a nadie. Mis padres y mi novia me aguantaron chaparrones a cántaros. Fueron mis mejores psicólogos; mi cuadrilla, Martín Cillero, los Fraile… No lo había contado antes. Ahora, a toro pasado, me da igual. Esto me ha hecho madurar. Te das cuenta de muchas cosas que son mentira”.
Son declaraciones de Esaú Fernández en una entrevista publicada en el semanario 6 Toros 6 de esta semana. El diestro sevillano rememora asimismo su experiencia de debutar con miuras en Pamplona.
“Buena pero agridulce. La Casa de Misericordia siempre me ha tratado con cariño. Iba muy ilusionado, me unen muchos lazos a Miura. El primero no dio opciones. El segundo se movió. No sé cómo pinche ese toro… Suelo ser seguro con la espada. Ni me lo creía y me embajoné mucho. Hasta pensé, cuando venía para Sevilla, el hecho de quitarme. Tan desanimado estaba”. El sevillano se refiere a ‘Olivito’, el sexto miureño y el mejor toro de la feria pamplonesa.
Tuvieron que pasar casi dos meses para recobrar la moral. “Después, estuve muy mal en julio y agosto. (…) Ya en septiembre, en Cintruénigo toreé como nunca. Tres orejas a toros de Martín Lorca y Los Eulogios. Toreé tan despacio, encajado y sentido… La mejor tarde de mi vida. Cambié el chip: no vale tirar la toalla”.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX