Su hermano Jesulín de Ubrique se fue de vacío por fallar con el estoque. Galería fotográfica.
Ganado: Tres erales de Badía Hermanos y uno, el tercero, de El Parroso; los dos primeros con calidad, colaboradores y ovacionados en el arrastre; el cuarto, sin fuerza.
Toreros: Jesulín de Ubrique (ovación en ambos) y Víctor Janeiro (ovación tras aviso y oreja).
Lugar y fecha: Plaza de toros de Peralta, en Navarra. 2 de septiembre.
Incidencias: Tres cuartos de plaza. Tarde agradable. Segunda de feria.
Tarde de más a menos, con dos novillos primeros, uno para cada hermano, nobles y con clase, en la que el público, muy animado, se metió en las faenas.
Jesulín templó de inicio con su capote y con la muleta comenzó muy templado realizando una faena muy aseada, en la que toreó más por el pitón derecho del eral. Con la espada está desacertado y eso originó que el público se enfriase a la hora de pedir una oreja. Ovación. El tercero de la tarde, de El Parroso, no transmitió y a Jesulín le costó acoplarse a su embestida. Optó por abreviar y recibió otra ovación.
Su hermano Víctor, en su primer eral, con clase, dejó detalles de calidad por los dos pitones, con algún natural con gusto, pero con la espada perdió los trofeos. Una atravesada trasera fea y varios descabellos le privaron del premio. Ovación. Al último del festejo, un eral justo de fuerza -incluso pidieron su cambio por varias caídas en el ruedo- lo recibió con dos largas cambiadas en el tercio. Con la muleta hizo una faena de enfermero para que el eral se mantuviera en pie. Sobre todo por el pitón derecho, dio distancia y lo entendió a la perfección. Esta vez, una estocada caída y de efectos rápidos le permitió pasear en triunfo la única oreja de la tarde.