El diestro riojano ha toreado ocho tardes en la capital navarra, pero, en general, no le ha acompañado la suerte y, de hecho, no ha cortado todavía oreja alguna.
Sigue teniendo pendiente salir por la puerta grande la plaza de Pamplona, pero el jueves sí abrió la del Club Taurino de Pamplona, después de un interesante charla que convenció a todos, a medio centenar de socios que llenaron el salón social de la entidad taurina. Diego Urdiales, que ha celebrado los 25 años de su alternativa, fue desgranando su sentir, clásico como su concepto del toreo.El coloquio comenzó con un repaso por parte del presidente del taurino pamplonés, José María Sevilla, de la trayectoria torera del torero arnedano. Él mismo comenzó hablando sobre la Feria de Pamplona. “Es conocida a nivel mundial. Se trata de una feria con mucha personalidad. Es muy importante para la Tauromaquia que la feria de Pamplona mantenga su nivel”.
Seguidamente, se refirió a sus duros comienzos, a sus primeros pasos en el toreo. “El paso del becerro al utrero se me hizo complicado. No toreé mucho en esa etapa, fue una transición. Se me hizo difícil. Después, llegué a ganar el Zapato de Oro de Arnedo, y a torear en Sevilla y Madrid. Mi carrera como novillero no fue explosiva pero mi nombre comenzó a sonar”, reconoció el matador de toros.
Pese a ello, las dificultades continuaron. “Tomé la alternativa y de nuevo me vi parado. La de la confirmación fue una tarde durísima. Me cogieron los dos toros. Ese año fui el triunfador de Logroño. Pero seguí toreando muy poco. Hasta 2007, cuando indulté ese toro de Victorino, en la que era mi tercera corrida de la temporada. Al año siguiente, en2008, conseguí mi primer triunfo en Madrid y con él el panorama cambió. Comencé a entrar en ferias importantes, como Bilbao y San Sebastián”, indicó el diestro.
Urdiales tomó la alternativa el 15 de agosto de 1999. Y lo hizo en la plaza francesa de Dax. Ante la presencia de Manuel Díaz ‘El Cordobés’, Paco Ojeda le cedió la muerte del toro Amoscado, de la ganadería de Diego Puerta Hermanos. Tras matarlo, dio la vuelta al ruedo y recibió una ovación frente al que cerró el festejo.
La confirmó en Las Ventas el 8 de julio de 2001. Ante El Madrileño, Frascuelo le cedió la muerte de Testigo, del hierro de Javier Guardiola. Después de estoquearlo, fue ovacionado y recibió el silencio del público frente al que cerró plaza.
Pasaron los años, toreó más pero volvió a vivir momentos difíciles. “Ya en 2018, me volví a quedar parado. Me quedé fuera de San Isidro por decisión propia, no me entendí con la empresa. Sin embargo, en la Feria de Otoño abrí la puerta grande. Fue otro punto de inflexión en mi carrera”, aseguró Urdiales.
“En Pamplona debuté en 2008. Mi historia aquí ha sido complicada. Soy un torero de corte clásico y esta plaza tiene una personalidad muy especial. He podido disfrutar de ella, aunque el primer año fue durísimo torear en San Fermín. Actualmente, he sumado siete u ocho tardes. Este año tuve suerte, cuajé una de las faenas de la feria, la más importante de mi vida en Pamplona. Y la plaza respondió de una manera muy fuerte”, explicó el riojano.
En Pamplona, debutó en 2008, frente a un lote de Cebada Gago. Regresó dos años después, en 2010, con toros de Peñajara de Casta Jijona. De nuevo, sin suerte. Volvió a torear en San Fermín de 2014 (Adolfo Martín), 2015 (El Tajo y La Reina), 2016 (Jandilla) y 2019 (Jandilla).
Tras la maldita pandemia, volvió a ser contratado por la Meca en 2022 (Jandilla) y 2024 (La Palmosilla). En esta pasada feria, realizó una de las mejores faenas, de toreo caro, envuelta en torería y naturalidad, ajena al insoportable ruido en los tendidos; una faena que siempre fue a más, de toreo ceñido, merecedora de puerta grande pero estropeada con los aceros.
En total, en la Feria de San Fermín, ha toreado ocho tardes, ha estoqueado dieciséis toros y no ha podido conseguir todavía un trofeo. Queda claro así que la de Pamplona no es desde luego su plaza.
Preguntado por sus toreros de referencia, fue claro. “Curro Vázquez, Manzanares padre, Ortega Cano, fueron en los que inicialmente me fijé. Después, siempre me ha encantado ver toreros antiguos, algunos retirados y otros que ya nos dejaron. El Viti, por ejemplo, es impresionante. Manolo Vázquez, Pepín Martín Vázquez, Antonio Bienvenida, Antonio Chenel ‘Antoñete’, confirmó el espada.
Urdiales no dudó al contestar a una de las últimas preguntas: ¿con qué toreros actuales compartes el concepto de toreo que te caracteriza? “Morante de la Puebla, Pablo Aguado, Juan Ortega, Alejandro Talavante, que es un torero clásico… Son matadores de toros actuales con los que comparto concepto. Incluso José Tomás… siendo diferente, tiene muchos valores, es un torero de época”, concluyó el de Arnedo.