Después de diez años alejado de los ruedos, el diestro murciano anuncia que este año hará una temporada de cuatro o cinco corridas de toros.
Pepín Liria ha dado un paso al frente. La declaración de intenciones en el callejón de Pamplona, durante la pasada Feria de San Fermín, ya es una realidad. El diestro murciano regresará a los ruedos el próximo 10 de marzo en la Feria del Milagro de Illescas para conmemorar el 25º aniversario de su alternativa ‘con una temporada especial de cuatro o cinco tardes’, entre ellas, una feria le hace especial ilusión… la propia San Fermín: ‘En Pamplona me calenté y, en Pamplona, quiero estar’.
‘Me hicieron entonces la entrevista en el callejón y, con la pérdida tan terrible de Iván (Fandiño) tan reciente, Víctor (Barrio) también en la memoria de todos, todos los ataques que estamos recibiendo en los últimos tiempos… Me sentí en la obligación de denunciarlo y como, además, se conmemoran los 25 años de mi alternativa y ya pensaba en hacer algo especial, pues crucé esa línea y vuelvo por compromiso con mi profesión, para corroborar su verdad y recordar cada tarde a Víctor e Iván, que entregaron lo más grande que tenían, su vida, su pérdida me alentó a demostrar que los toreros nos jugamos la vida por mucho más que dinero o fama, que hay unas emociones y unos valores que priman en todo el que se viste de luces’, explica a Mundotoro.
No en vano, la idea inicial de Pepín ha mutado con el paso de las semanas. ‘En un principio, mi intención era sólo volver a vestirme de luces por un día, pero Espartaco, que hizo algo parecido por su 30º aniversario de alternativa y me conoce bien, sabe cómo me voy a tomar la preparación física, me animó y me convenció para que hiciera una temporada especial de cuatro o cinco tardes, especiales, en sitios y con compañeros que me ilusionen, a los que admiro, que hayan significado algo importante en mi carrera’, comenta Liria apuntando al de Espartinas como el otro ‘culpable’ de una vuelta que quiere ‘ahondar en la unidad de la familia taurina, tras perder a Iván, con una mirada o un gesto comprendíamos lo que sentíamos’.
Y entre esos lugares especiales, por supuesto, el corazón de Navarra es rey. ‘Sí, claro, en Pamplona me calenté delante del micrófono y, en Pamplona, quiero estar’. ‘Dentro de este homenaje de varios paseíllos, de este bendito lío que me he metido, habrá que hacer algún gesto un poco mayor y ojalá pueda ser en San Fermín, me haría mucha ilusión, porque Pamplona ha sido uno de los referentes en la carrera de Pepín Liria’, pondera destacando ‘el fantástico trato que siempre ha tenido la Casa de Misericordia’. ‘Le tengo muchísimo respeto a Pamplona, de hecho, durante estos diez años desde que me retiré no había vuelto hasta el año pasado, porque no quería alimentar esa nostalgia’, sostiene.
‘Lo que tengo claro es que este regreso es con toda la responsabilidad del mundo y respetando al máximo la profesión, es más, su verdad es la que me incitó a decantarme, mi retirada de los ruedos fue en 2008 y soy consecuente con ella, porque soy consciente de la dificultad actual en este mundo y no quiero cerrar puertas a nadie, ni sentarla en el banquillo, que todo el mundo tenga esa certeza’, garantiza al tiempo que masculla un problema en el horizonte.
‘No quiero salirme de esa hoja de ruta de media docena de tardes como máximo, aunque no paran de llamar al teléfono para pedirme que vaya a tal o cual sitio… No me gustaría hacer de menos a nadie, pero habrá que seleccionar’. ‘Esto es sólo un añadido, una página más, que espero esté a la altura de mi carrera, que es la que es y espero no manchar, por eso que nadie dude de que me estoy preparando con todas las de la ley’, advierte.
Pero, ¿por qué Illescas? Pepín Liria lo tiene claro: ‘Lo de Pamplona tuvo su eco, llegó a oídos de Maximino y me lo propuso hace unas semanas, creo que es una feria bonita y una fecha bien situada en el calendario, que ya el año pasado apostó por el regreso de Pepe Luis y me ofreció un cartel de máxima categoría, con compañeros que seguro voy a estar muy a gusto haciendo el paseíllo y me ilusionó’, reconoce Liria, que tuvo claro que ‘esta temporada tenía que ser con Ángel Bernal como apoderado’. ‘Ya lo fue en los últimos años y, por nuestra relación humana, para mí, estos diez años sin torear, no ha dejado de serlo’, valora.
‘Vuelvo para sentir otra vez lo que es vivir en torero, trabajar y trabajar, levantarme cada mañana con esa ilusión de estar a punto para el siguiente paseíllo, de querer hacer las cosas bien en el ruedo, porque a mí no me valía cada tarde otra palabra que no fuera ”triunfo”, era la única que me valía para sobrevivir y mantenerme en los carteles’, defiende.
Los años han pasado y el cauce de la vida siguió su paso. Sus hijos han crecido y, precisamente, ‘la mayor es la que más duda tiene’. ‘Cuando se lo conté, para mi actual pareja supone algo nuevo porque este mundo es algo más desconocido para ella, sin embargo, mi hija mayor es la que parece más preocupada y le está dando más vueltas a todo, no es tonta, ha vivido de cerca la dureza del toro estos dos últimos años y conoce los argumentos de mi carrera, ahora ya comprende todo, no es todo tan bonito como hace unos años cuando sólo pensaba en poder saltar al ruedo para dar la vuelta al ruedo con su padre’, concluye reflexionando en voz alta.
Entrevista de Ismael del Prado publicada en el portal Mundotoro.