El caballero navarro fue agasajado por el presidente municipal, Juan Antonio Ixtlahuac, quien le entregó la llave simbólica de la ciudad. Fotografías: pablohermoso.net
Ganado: Un novillo de Los Cue, primero, dos toros de Javier Garfias para rejones, segundo y cuarto, y otros dos de Las Huertas, tercero y quinto, de buen juego en términos generales. Pesos: 400, 450, 470, 480 y 480 kilos.
Toreros: el novillero Luigi Mercuri (oreja), Hermoso de Mendoza (dos orejas y rabo y ovación) y los diestros Isaac Chacón (dos orejas) y Juan Fernando (dos orejas y rabo).
Lugar y fecha: Plaza de toros Eloy Cavazos de Zitácuaro, estado de Michoacán. 1 de febrero de 2024.
Incidencias: Media plaza. Pablo Hermoso de Mendoza, dio la vuelta con el ganadero Javier Garfias, así como con el forcado Enrique Noé Ángeles, cabo del grupo de Forcados Amadores de México. Después, salió a hombros con Chacón y Juan Fernando.
Este mes, concretamente el día 15, se cumplirán veintidós años desde que Pablo Hermoso de Mendoza realizó el paseíllo inaugural de la plaza de toros Eloy Cavazos de Zitácuaro (México). Una plaza que en esta ocasión le dijo adiós con el mismo cariño con el que aquel 15 de febrero de 2002 lo recibió por primera vez.
El adiós comenzó con los reconocimientos por parte del Presidente Municipal, Juan Antonio Ixtlahuac, quien entregó al jinete una cesta con productos típicos del lugar, así como la llave simbólica de la ciudad. Más tarde, el navarro correspondió dejando una bella faena y paseando las dos orejas y el rabo del toro de Garfias. Compartió la salida a hombros con Juan Fernando, que cortó los máximos trofeos, e Isaac Chacón, que paseó en triunfo las dos orejas del tercero.
Tras los reconocimientos, Pablo obsequió a los aficionados con lo que mejor sabe hacer, con arte ecuestre ante un primer toro que fue el ideal para desarrollar el buen toreo que el jinete acostumbra. Un astado entregado desde el inicio. Faena de alta escuela cerrada con Nilton, con tres cortas, una rosa y un rejonazo que hizo que los máximos trofeos fueran incontestables.
El cuarto de la tarde fue otra historia y no le puso la labor nada fácil al jinete y sus caballos. Aguantaron embestidas a destiempo y siempre en las reuniones se tomaba ventajas. Pablo estuvo técnico y muy por encima el toro, pero con más trabajo que lucimiento.