Pirata volvió a ofrecer un recital de osado toreo. Fotografía: pablohermoso.net
Tras cortar las dos orejas a un toro en Saintes Marie de la Mer, volvió a triunfar ayer en Mont de Marsan, en un festejo a la portuguesa.
Lugar: plaza de toros de Mont de Marsan.
Ganado: seis toros de Fermín Bohórquez, con muchos kilos, de buena condición.
Pablo Hermoso de Mendoza: vuelta al ruedo en ambos.
Joao Moura junior: vuelta al ruedo en ambos.
Manuel Manzanares: vuelta al ruedo en ambos.
Incidencias: lleno. Festejo nocturno a la portuguesa. Pegaron los forcados de Chamusca. Los tres rejoneadores salieron a hombros.
Pablo Hermoso de Mendoza comenzó su temporada europea en la plaza francesa de Palavas, donde consiguió dos orejas. Doce días después, afrontó en Nimes su segundo compromiso francés y lo resolvió con un triunfo histórico de dos rabos. El tercero lo protagonizó el día de la fiesta nacional francesa en Saintes Marie de la Mer, plaza en la que abrió la puerta grande. Y el cuarto, ayer en Mont de Marsan, en un festejo a la portuguesa –sin muerte de astados- que resolvió con dos vueltas al ruedo y una nueva puerta grande. Como se puede apreciar, se le está dando magníficamente torear en el país vecino.
La del viernes fue la decimotercera actuación del navarro en esta localidad francesa, siempre a la portuguesa salvo la de 2008, en la que toreó en un festejo mixto y paseó dos orejas, en la única vez que hubo lidia completa.
Lidió dos toros de Fermín Bohórquez, con muchos kilos, como toda la corrida. Ante el que abrió plaza utilizó al joven Villa de salida y a dos pesos pesados en banderillas: a Chenel e Ícaro, que tuvieron que trabajar a fondo frente al poderío del castaño. Concluyó su actuación con Pirata, con tres cortas muy ovacionadas y con adornos del teléfono, muy del gusto del público, que prologaron una vuelta al ruedo con el cabo de los forcados de Chamusca, que realizó una pega perfecta.
Frente al cuarto de la noche, se repitió la historia, pero esta vez con Garibaldi de salida, y Manolete, que estuvo cumbre, y Viriato en banderillas. Ante un público maravillado, puesto en pie, el estellés concluyó el recital de toreo con Pirata, inigualable en las cortas, en un par a dos manos y en los posteriores desplantes. De nuevo, vuelta al ruedo, pero esta vez con el citado forcado y con Luis Salgueiro, mayoral de la ganadería, que había lidiado un toro extraordinario.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX