MUERE ‘LABRIT’, CABALLO QUE REVOLUCIONÓ EL TERCIO DE SALIDA

‘Labrit’ ejecutando uno de sus famosos quiebros.

Tenía 31 años y su dueño, Pablo Hermoso de Mendoza, lo retiró de los ruedos en la temporada de 2008.

Labrit, el último representante de aquel equipo equino que conformó la edad de oro del toreo a caballo y la irrupción como leyenda de su jinete Pablo Hermoso de Mendoza, murió ayer, 26 de noviembre, víctima de un cólico, del que sus treinta y un años le impidieron poder superar.

Labrit, caballo luso árabe de menuda estampa, hijo de Novilheiro, tenía el hierro de Arsenio Cordero y llegó a la cuadra navarra a finales del año 1997. Debutó al año siguiente, en Morón de la Frontera, un 8 de febrero de 1998, bajo el nombre todavía provisional de Alquimista. Ya para su segunda actuación en Leganés, el caballo había sido bautizado con el nombre del rey navarro Juan de Labrit (Albret, realmente).

Primer plano de ‘Labrit’.

Fue, sin duda alguna, un caballo muy completo, ya que pudo torear de salida como otros lo hacen en el segundo tercio. Combinó su gran rapidez con un extraordinario sentido del temple, lo que, aunado a su enorme valor, le permitió realizar los quiebros más auténticos, arriesgados y exactos que se han visto en el tercio de salida. Así lo describía el periodista Santi Moreno, después de una de sus memorables actuaciones en Sevilla: “Me impresionó sobremanera Labrit, que hace a los toros de salida lo que otros caballos en banderillas”.

Además, este corcel le permitió a Pablo Hermoso de Mendoza dar un paso adelante en su búsqueda por redimensionar los cánones del rejoneo, especialmente los que tienen que ver con el concepto tradicional del primer tercio de la lidia a caballo. El propio Pablo, reconoció no pocas veces que sobre Labritconseguí pisar unos terrenos que con ningún otro caballo los había pisado”.

Esos riesgos se pagan, y así Labrit fue el caballo con el que Pablo sufrió dos de sus percances más graves. El primero, en Madrid, el 19 de mayo de 2001, cuando Pablo y Labrit encaraban a un toro de Flores Tassara que ya les estaba marcando sus intenciones. Tras dos pasadas en las que el toro se tomaba la ventaja para no dejar clavar al jinete, jinete y caballo volvieron a encarar de frente, a sabiendas del riesgo que aquello tenía. Y como se sospechaba, el toro que ya había avisado, prendió a Labrit por el pecho, derribando a ambos y ensañándose especialmente con Pablo. El resultado, el jinete con politraumatismos en el brazo derecho, pero lo más grave, rotura del peroné. El caballo no sufrió lesión alguna. El regreso, el 20 de junio, en Algeciras, pronto aclaró que el valor de Labrit estaba por encima de todo, ya que no acusó el citado percance. Pablo reapareció y para ello quiso hacerlo sobre Labrit y de la misma manera que resultó prendido en Madrid. Atacando de frente, de plaza a plaza, frente a un torazo de Guardiola…. y allí fue el caballo a las órdenes de su jinete, se reunieron perfectamente en el centro del ruedo y dejó claro que lo de Madrid estaba totalmente olvidado.

Continuó su meteórica carrera como un los caballos importantes en esa época gloriosa del jinete navarro, en la que compartía cuadra con caballos como Cagancho, Chicuelo, Martincho, Gallo, Mazantini… y en la que, a pesar del peso de sus compañeros, él iba haciéndose un hueco y arrancando titulares y textos tan importantes, como el que le dedicó José Carlos Arévalo: “Verle a lomos de ‘Labrit’ parar un toro de salida nos mete de lleno en el rejoneo del futuro. Se acabaron los caballos de ancas poderosas y rígidas para ganar por potencia el empuje inicial de los toros. Pablo Hermoso ha innovado la técnica introduciendo equinos como el mentado, con tal movilidad de grupa que rompe el ímpetu primero de las reses a base de recortes citando y esfumándose en un palmo de terreno”.

Como vemos el tercio de salida tuvo un antes y un después de Labrit, que sufrió su segundo percance, en la plaza mexicana de Provincia Juriquilla, cuando un inoportuno resbalón lo dejó a merced del toro. Nuevamente el peor parado resulto el jinete, con rotura de los ligamentos de la rodilla y esta vez sí que el caballo sufrió cornadas internas en la zona inguinal.

Ya en sus últimos años, Pablo lo relajó y lo utilizó en el tercio de banderillas, donde ponía su maestría en esos quiebros tan ajustados y tan milimétricos que realizaba. Su retirada llegó en la temporada 2008, diez años después de su debut y ahora en la plaza de toros de Motril, donde el 1 de mayo colocó la que fue su última banderilla.

‘Labrit’ vivió casi catorce años en completa libertad.

A partir de ahí, su condición de castrado, le permitió vivir en total libertad, en un potrero bajo la vivienda de Pablo, donde lo podía ver todos los días nada más amanecer. Labrit vivió junto a otro caballo estrella, como fue Fusilero, con quien llegó a hermanarse de forma espectacular.

Catorce años en libertad como premio a una carrera llena de esfuerzos, de triunfos, de gloria y de marcarse una leyenda como un parteaguas del tercio de salida y que le han permitido ver y contemplar a varias generaciones de caballos que han seguido sus pasos. Por desgracia, porque fue castrado joven, Labrit no pudo dejar descendencia que lo represente en los ruedos.

Con Labrit se cierra el listado de aquellos caballos que marcaron el cambio en el toreo a caballo y que han dado paso a este nuevo rejoneo moderno, mostrando suertes que hasta que ellos llegaron eran prácticamente desconocidas y que ahora son tan imitadas, aunque sin alcanzar la perfección de aquellas.

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