Pepe Moral rubricó un rotundo triunfo que le puede abrir un hueco en la Feria de San Fermín.
Un variado e interesante encierro de Miura puso fin ayer a la Feria de Abril de la capital andaluza, en una tarde en la que Pepe Moral alcanzó un triunfo rotundo, triunfo que le puede abrir un hueco en la Feria de San Fermín. En el lado opuesto, Esaú Fernández recibió a su primero a portagayola y fue volteado, por lo que tuvo que pasar a la enfermería, de la que salió un rato después para lidiarlo.
El primero fue muy blando y careció de recorrido. Y el cuarto desarrolló sentido y se agarró mucho al albero. Fue el lote de Antonio Nazaré, que saldó su actuación con silencio tras aviso y saludos desde el tercio.
El segundo fue de menos a más y acabó siendo un toro agradecido. El quinto tuvo un muy buen pitón izquierdo y el sevillano lo aprovechó. Pepe Moral salió a hombros tras cortar una oreja a cada uno de su lote. En el quinto tuvo petición de la segunda y el palco fue abroncado por no concederla, tal vez porque la estocada cayó baja.
El tercero sabía siempre lo que se dejaba atrás. De repente, el ejemplar empezó a quejarse de la mano izquierda, y es que había perdido la funda de la pezuña. Siguió doliéndose, dejó de embestir y hubo que abreviar. El sexto, muy grande, se vino abajo demasiado pronto. Fue el lote de Esaú Fernández, diestro sevillano que saldó su actuación con saludos y palmas.
Lo peor, la entrada, tan sólo algo más de media plaza.