Fue alcanzado por el quinto, de Adolfo Marín, y sufrió luxación y pequeña fractura del omóplato derecho; antes, frente al segundo, saludó montera en mano. Secuencia de las escalofriantes imágenes del percance (Mundotoro).
Después de la cornada sufrita en Trillo, Manolo de los Reyes reapareció ayer en Arnedo, de nuevo a las órdenes del novillero Yon Lamothe, y conoció las dos caras de la moneda: saludó montera en mano tras banderillear al segundo y sufrió luxación del omóplato derecho por cogida del quinto, ambos utreros de Adolfo Martín.
El banderillero pamplonés toreaba cerca de su domicilio, de Calahorra, y en juego estaba el Fardelejo de Plata, por lo que lo dio todo. Podía haberse aliviado pero lo dio todo, echó el resto y el novillo lo cazó a la salida del par, que era el segundo y clavó arriba. Sufrió luxación y una pequeña fractura en el omóplato derecho, lesión que le obligará a pasar por el quirófano y a dar por terminada la temporada.
Jesús Rubio ha descrito el percance en ‘La Rioja’ de la siguiente manera: “En el quinto se libró de milagro. Nos hizo adentrarnos en una escena dramática, le prendió y temimos lo peor, porque los segundos que permaneció en la cara del novillo se hicieron eternos y lo llevaba prendido por el pecho. Salió del ruedo por su propio pie y pasó a la enfermería mientras recuperábamos aliento.”
“Pese a ello, estoy contento, aunque bastante dolorido. Y lo estoy porque me la jugué abiertamente, como debe ser. Podía haber optado por un camino más fácil, pero… La pena es esa media docena de actuaciones que voy a perder, incluida una en Las ventas”, ha reconocido esta mañana el banderillero navarro.
Con la de Arnedo, De los Reyes ha sumado este año un total de 47 actuaciones. Este percance le obliga a perder seis tardes en octubre, que, sumadas a las cuatro que no pudo torear por la cornada en Trillo, perderá en total diez festejos, incluido uno en Madrid.
En el otro lado de la moneda, tras banderillear al segundo, quien también es doblador en San Fermín tuvo que saludar montera en mano junto a Mathieu Guillon. Ambos protagonizaron un magnífico segundo tercio, aunque con más argumentos para el pamplonés.
Su torero, el novillero francés Yon Lamothe protagonizó una destacada actuación y saldó sus dos intervenciones con otras tantas vueltas al ruedo, aunque en ambos novillos tuvo petición de oreja. Compartió cartel con José Rojo (oreja y silencio) y Jorge Molina (silencio y silencio tras dos avisos). Los utreros de Adolfo Martín resultaron buenos por encastados, salvo el cuarto y el quinto, complicados.