Un momento del segundo encierro de las fiestas de San Adrián, con novillos de Santafé Martón. Fotografía: Navarra.com
Por la tarde, debutó en las calles adrianesas una ganadería local, la que han creado los hermanos Basarte.
Peligroso segundo encierro el que brindó la ganadería Santafé Martón, con cuatro novillos bajos pero bien presentados. El primero de ellos, castaño de pelaje, se adelantó a sus hermanos en varios metros, obligando a los corredores a abrirle camino. Los otros tres erales permanecieron juntos hasta que en la última curva del recorrido, la situada entre la Carretera de Estella y la calle Delicias, dieron alcance al castaño y dando opción en la última recta que conduce a la plaza a que los corredores se luciesen con bonitas carreras.
El encierro fue más rápido que el del primer día, sobrepasando por muy poco los tres minutos de duración. Pese a la velocidad y el peligro que protagonizó el primer novillo la carrera transcurrió sin heridos.
Por la tarde, el encierro de reses bravas supuso el debut en las calles adrianesas de una ganadería local, la que han creado los hermanos Basarte. A los pocos minutos de comenzar, una de las reses volteó a un mozo de 18 años, natural de Arnedo (La Rioja), que se estaba subido en la pirámide que se instala en la confluencia de las calles Mayor y San Jerónimo. El joven fue atendido por el personal sanitario de las Ambulancias del Olmo de golpes y heridas leves.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX