La traída de vacas es un festejo arraigado en Cintruénigo.
A lo largo de la jornada, fueron atendidas un total de 18 personas, todas de carácter leve. Galería de imágenes: Blanca Aldanondo.
Cintruénigo vivió este domingo la ‘traída’ de las vacas más larga desde que en 2015, debido al reglamento foral de espectáculos taurinos, se modificara el recorrido tradicional. Entonces salían desde la zona del Medidor, por el cauce del río Alhama hasta el puente, y ahora de unos corrales portátiles instalados en la zona de Espeñas, estando todo el recorrido vallado para que no pueda escapar el ganado.
El acto se prolongó durante 3 horas y 15 minutos -desde las 18 a las 21.15 horas-, y en el transcurso del mismo se realizaron 18 atenciones sanitarias, todas leves y que no requirieron traslado al hospital. Los atendidos fueron 12 hombres y 6 mujeres, con edades entre los 10 y 74 años -3 por contusiones, 1 por traumatismo, 10 por heridas y erosiones, 2 por golpes de calor, 1 por un síncope y 1 por reacción anafiláctica que fue trasladada al hospital de campaña donde fue valorada por el personal facultativo-.
Diez reses protagonistas
El festejo lo protagonizaron 10 reses de la ganadería Santos Zapatería, de Valtierra. Primero salieron cinco astados y durante 45 minutos se vivieron momentos de emoción y tensión ante sus constantes embestidas a las zonas delimitadas con pacas de paja para el resguardo de los mozos. Se vieron bonitos recortes, algún susto al intentar saltar las reses las pacas, y también algún que otro revolcón .
En la segunda parte de la ‘traída’ salieron las cinco reses restantes, que se sumaron a otra de la primera tanda que no había entrado en los corrales. Al principio permanecieron bastante tiempo agrupadas, y después una vaca logró saltar una paca de paja y colarse en el espacio reservado para los mozos, donde permaneció hasta que varios jóvenes consiguieron mover la paca para que saliera. El festejo acabó cuando las últimas tres vacas que quedaban en el recinto tuvieron que ser ensogadas por los mozos ante la imposibilidad de que entraran conducidas por los mansos y un perro pastor.
La alcaldesa, Raquel Garbayo, realizó una valoración positiva del acto ya que, según afirmó, “no ha habido incidencias destacadas y los espectadores han disfrutado muchísimo, sobre todo en la primera parte”. Tras comentarse entre los asistentes el hecho de que un vecino no quisiera ceder para la ‘traída’ una parcela situada en mitad de la ‘plaza’ creada para el festejo -fue cercada-, Garbayo dijo “respetar su derecho, aunque me produce mucha tristeza que haya vecinos que no quieran dejar sus tierras llecas”. “El Ayuntamiento tiene que luchar para que esta tradición se mantenga”, añadió.
El dispositivo de seguridad estuvo formado por 8 agentes de Policía Local, además de Policía Foral y Guardia Civil; 6 integrantes de la brigada municipal; 8 voluntarios de Protección Civil y 47 de Cruz Roja. El citado dispositivo, que contó con un coordinador sanitario, incluyó 6 ambulancias, un camión de emergencias sanitarias, 3 todoterrenos, 2 vehículos auxiliares, un hospital de campaña, y 2 puestos de socorro.
El Jefe de la Policía Local, Rafael Rández, dijo que “la esencia de la ‘traída’ de las vacas ha desaparecido, ya que ahora se cierra el perímetro de las Estepas para que el ganado no pueda escapar ni acceder al río como antes”.
Información de Vicky Blanco publicada en Diario de Navarra.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX