Antón, en el momento de recibir la alternativa de manos de Ángel Teruel.
“El único borrón de la tarde fue haber fallado con la espada al primer toro”, afirma el navarro, quien el pasado domingo se convirtió en matador de toros.
Feliz y satisfecho. Así se muestra Javier Antón tras su triunfal alternativa el pasado domingo en Cintruénigo. “Después de tanta lucha, tantos sacrificios y sinsabores he podido cumplir el sueño de convertirme en matador de toros. He terminado una etapa larga y dura como novillero y ahora comienzo otra llena de ilusión en la que tengo que empezar a conseguir las metas que nos hemos propuesto”.
“Hemos culminado una temporada bonita en la que he pisado plazas de la importancia de Madrid y Pamplona, donde se han dejado buenas sensaciones de cara al próximo año”, y añade: “El camino hasta llegar aquí ha sido complicado, sé lo duro que es esta profesión pero tengo todas las ganas del mundo para abrirme paso poco a poco. Por muchos sacrificios que he tenido que hacer sabía que merecían la pena. Si volviera a nacer volvería a intentar ser matador de toros”, ha declaro en una entrevista para Aplausos.es.
Para Javier Antón el único pero de la tarde “fue la espada ante el primero, tenía cortadas las orejas pero fallé. Ese fue el único borrón. Menos mal que maté al segundo, le corté las dos orejas y pude salir a hombros”. Ese primer toro de se lo brindó a quien es la persona más influyente en su trayectoria, su apoderado Pepe Teruel. “Sin duda es quien ha hecho posible que tome la alternativa. Ha luchado mucho, y ha sido gracias a su labor y a sus enseñanzas”.
Por último, el torero navarro afirma: “Han pasado unos días pero sigo teniendo un cúmulo de sensaciones y emociones muy importantes. No sería capaz de resumirlo o de quedarme con un momento porque todo lo que pasó desde que te vistes hasta que llegas después de la corrida al hotel fue especial. Aunque parezca algo obvio lo mejor fue estar delante de los toros y torear que es lo que uno quiere».
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX