En el centro de la imagen, Dolores Aguirre, Federico Lippehaide, su marido (también fallecido, como su esposa), y su hija Isabel en uno de los aparatados sanfermineros de .2009.
La hija de Dolores Aguirre -ganadera fallecida en 2013- asegura que haber puesto en órbita a numerosos toreros con sus toros es una de sus grandes satisfacciones como criadora de bravo.
Isabel Lipperheide perdió a su madre, Dolores Aguirre, hace algo más de cuatro años y desde entonces se ha hecho cargo de la ganadería, de una vacada de bravo que ha estado presente en 16 ferias de San Fermín y que ha lidiado 91 toros en Pamplona. “Allí mi madre disfrutaba como una loca, lo pasaba muy bien”, recuerda en una entrevista la actual ganadera.
Pese a ello y pese a los triunfos logrados, el hierro de Dolores Aguirre no ha vuelto a Pamplona desde 2014. Sin embargo, en una entrevista publicada en el semanario ‘Aplausos’, asegura que una de sus grandes satisfacciones que tienen en Dehesa Frías es haber puesto en órbita a muchos toreros. “Para nosotros es un gozo, una recompensa muy hermosa. Un año fue El Califa; otros, Pepín Liria, Rafaelillo, Juan Cuéllar o Joselillo en Pamplona… Iban con pocos contratos a lidiar nuestros toros y salían lanzados. Eso nos reconforta, me hace sentir bien”.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX