GUILLERMO HERMOSO, PUERTA GRANDE EN ÍSCAR, Y UNA OREJA PARA PABLO

Navarro y riojano compartieron puerta grande.

El joven caballero estellés compartió la salida a hombros con el veterano rejoneador riojano Sergio Domínguez. Fotografías: pablohermoso.net

Ganado: Toros de Pablo Hermoso de Mendoza (1 y 2), Moura Caetano Irmaos (3) y Herederos de José Rosa Rodríguez (4, 5 y 6), de juego dispar, con el sexto premiado con la vuelta al ruedo.

Rejoneadores: Pablo Hermoso de Mendoza (oreja y ovación), Sergio Domínguez (oreja en ambos) y Guillermo Hermoso de Mendoza (silencio y dos orejas).

Lugar y fecha: Plaza de toros de Íscar (Valladolid). 3 de agosto de 2024.

Incidencias: Media plaza. Tarde muy calurosa. Las peñas homenajearon al maestro navarro y le entregaron una placa conmemorativa. Su hijo y Domínguez salieron a hombros.

Otra tarde de calor infernal y de regreso a una plaza once años después del último paseíllo de Pablo Hermoso de Mendoza. Un regreso tras más de dos lustros, y otro, su hijo Guillermo, que hizo su debut en este coso de tierras castellanas, donde los encierros son tradición y la afición a los toros una costumbre. Como viene siendo habitual en esta temporada de despedida, en este caso fueron las peñas locales, las que al ritmo del corrido ‘El Rey’, homenajearon al estellés al despejar el paseíllo y le entregaron una placa conmemorativa.

En el primer toro de la tarde se dio la circunstancia que por primera vez Pablo Hermoso de Mendoza, se enfrentaba a otro Hermoso de Mendoza y es que tanto el primer toro como el segundo del festejo de esta tarde en Íscar, pertenecía a la ganadería del rejoneador navarro. El toro salió abanto y sin fijeza, pero bastó el primer rejón de castigo para calentarlo y sacar esa bravura que se les supone. A partir de aquí el toro embistió con fineza, aunque echaba mucho la cara a lo alto. Esa circunstancia dio emoción a todos los embroques. Tras la rueda de cortas, hubo un pinchazo previo al rejonazo final que dejó los trofeos en una sola oreja.

En su segundo, el rejón de muerte le privó de salir por la puerta grande con sus compañeros de cartel, ya que los pinchazos arriba se sucedieron tirando por tierra la buena labor de su cuadra.

En lo tocante a Guillermo, poco decir de su primer toro, posiblemente el más manso y rajado de toda la temporada. Todo queda dicho con que los caballos galoparon más detrás del toro que al contrario. Para el último tercio, imposible por parado.

Lo mejor de la tarde llegó en el sexto, un toro de vuelta al ruedo al que Guillermo cuajó de principio a fin. Cerró la faena con pares a una y dos manos y con un rejonazo hasta la bola. Dos orejas y puerta grande.

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