El joven caballero navarro salió a hombros junto a Borja Jiménez, que cortó cinco orejas y un rabo. Fotografías: pablohermoso.net
Ganado: Toros de Pallarés (primero y quinto), Benítez Cubero (tercero) y La Palmosilla, bien presentados y de buen juego en términos generales; el sexto fue premiado con la vuelta al ruedo.
Toreros: Guillermo Hermoso de Mendoza (dos orejas, oreja y oreja) y Borja Jiménez (dos orejas, oreja y dos orejas y rabo).
Lugar y fecha: Plaza de toros de Cabra (Córdoba). 1 de septiembre de 2024.
Incidencias: Media plaza. Tarde calurosa y despejada. Los dos actuantes salieron a hombros.
Comenzó muy fuerte la tarde, y no solo en el calor, sino en el nivel presentado por Guillermo y por el buen toro de Pallarés, un derroche de bravura aprovechado al máximo por una cuadra en estado de gracia y un torero pleno de ambición y buen hacer. Terminó la faena con Justiciero, con cortas y un precioso par a dos manos antes de enterrar un rejonazo fulminante al segundo intento. La gente se divirtió y gozó al máximo con el espectáculo presenciado y pidieron el doble trofeo con mayoría, a lo que la presidencia accedió.
El segundo toro de Guillermo no tuvo nada que ver con su primero, ni de hechuras ni mucho menos de juego. Fue complicado, reservón y brusco en la embestida. Aquí más que lucimiento, tocó trabajar y eso hicieron los equinos y el jinete, echarle mucha casta y poner pinceladas de clase, sobre todo con Alquimista y Extraño.
Y el tercero resultó una mezcla de los dos anteriores, porque comenzó como el primero con calidad y dando buen tono a la lidia de Jíbaro y al comienzo de Extraño, pero se fue apagando y terminó como el segundo, esperando y defendiéndose y embistiendo arriba. Otra oreja más al esportón en un tarde en la que Guillermo volvió a dar una enorme dimensión del progreso que está llevando.
Jiménez, que no pudo concretar con la capa en el saludo al segundo, pese a que intentó el toreo a pies juntos, regaló una faena con empaque y temple. Estuvo muy decidido el sevillano ante un enemigo que ayudó en las series. Mejor con la zurda, con un toreo al natural hondo, el diestro desorejó tras un efectivo espadazo.
El cuarto, que remató en tablas en la salida, no permitió lucimiento del lidiador con la capa. El torero se mostró artístico con la muleta en una faena donde hubo cadencia y más empeñada con la manos diestra. Tuvo paciencia el torero para poder extraer en la secuencia final.
Al que cerró plaza, el torero cortó un rabo tras dejar un muleteo cargado de hondura y franco. Destacó sobre la diestra ante un animal que fue premiado con la póstuma vuelta al ruedo. Toreo de dimensión para cerrar una tarde resultona artísticamente.