G. DEL PILAR PROBÓ LA BRAVURA DE LOS MACHOS DE GANADERÍA DE PINCHA

Gómez del Pilar y Raúl Palancar, de espaldas, intentan sacar del caballo portando ramas al bravo ‘Milagroso’.

El criador de bravo navarro sólo ‘quemó’ un novillo, tras tomar nada menos que trece varas y soportar una interminable faena de muleta. Reportaje fotográfico.

El ganadero José Antonio Baigorri aprovechó el fin de semana para tentar cuatro machos en su finca El Ontanal de Lodosa. La prueba corrió a cargo del picador tudelano Juan Manuel Sangüesa, que ofreció una lección como varilarguero, y del matador de toros madrileño Noé Gómez del Pilar, que estuvo auxiliado por Raúl Palancar, banderillero de su cuadrilla, y por los navarros Manu Rodríguez, veterano hombre de plata, y Alberto Pérez Garayoa, pastor de los encierros de San Fermín y acostumbrado al trabajo con ganado bravo. La tarde, soleada, aunque terminó fría. El palco, repleto de público, incluido un par de buenos aficionados del Club Taurino de Pamplona: Emilio de Hita y Fernando Cirauqui. Y en los corrales, cuatro erales dispuestos a dejar alto el pabellón de la ganadería.Al ruedo de la plaza de tientas, saltaron cuatro erales, con el objetivo de pasar la prueba para convertirse en sementales. Por ello, en esta clase de tienta no se utiliza capote a la hora de llevarlos al caballo y sacarlos de él, pues lo ejemplares no pueden ser toreados, salvo que superen el examen y queden para sementales. Esta es la razón por la que el matador y sus auxiliadores utilizaron ramas de caña.

Los dos primeros y el cuarto, pese a que tomaron un buen número de varas, no acabaron de convencer al ganadero y, sin haber recibido pase alguno, regresaron al campo. De este modo, podrán ser lidiados en alguna plaza de toros.

No así el tercero, un eral burraco, llamado Milagroso, número 94. Muy bravo en el peto, tomó hasta trece varas, acudiendo al caballo la mayoría de las veces desde el lado opuesto de la plaza, con buen tranco, prontitud y fijeza, y empleándose en el peto. Por todo ello, el ganadero decidió quemarlo, que se torease pues iba a pasar a semental.

Gomez del Pilar tomó la capa y lo saludó a la verónica.  Con la muleta dejó clara muestra de la calidad de su toreo, en un trasteo largo, de más de doscientos muletazos, repleto de mando, temple y quietud. Milagroso estuvo en el ruedo más de media hora. Atesoró muchísima calidad y tuvo asimismo motor, además de fijeza, nobleza y durabilidad. Prueba de ellos, es que, después de la larga faena de Gómez Pilar, lo toreó a caballo Sergio Domínguez y, de nuevo, el tapia alavés Carlos Heras.

Según aseguró el ganadero, este novillo proviene de un semental nuevo, que está ligando muy bien. “Ha tomado nada menos que trece varas. Lo vamos a dejar para padrear. Inicialmente, le vamos a echar veinte vacas. Dentro de tres años, veremos sus productos, cómo salen las hembras y también algún eral”, explicó Baigorri.

El eral aprobado esconde una bonita historia. “Era biznieto de Milagroso, un semental que murió este año, el día de San Isidro, a punto de cumplir los 16 años. Este toro fue el segundo semental que sacamos de lo que trajimos de Gerardo Ortega. Se puede decir que es el que ha hecho la base de la ganadería. Veremos si este nuevo Milagroso alcanza su nivel”, concluyó el ganadero.

Como el matador de toros madrileño sólo había podido torear un novillo, el ganadero decidió con buen criterio echarle una erala, Olorosa, negra, número 366, que resultó muy buena. Muy brava en el caballo, le permitió al diestro lucirse por ambos pitones, sobre todo por el izquierdo, y aprovechar su clase en una faena muy larga. Fue tal su calidad que todavía le robaron un par de series los tapias Patricia Sacristán, riojana, y Aaron Navas, navarro.

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