GANADERÍA DE PINCHA REPITE TRIUNFO EN PERALTA. CRÓNICA DE LA 3ª DE FERIA

Solera acaricia a ‘Oloroso’, tercero de la tarde, de Ganadería de PIncha, premiado con la vuelta al ruedo. Fotografía: Alberto Galdona.

Solera se llevó el lote, cortó dos orejas y fue el único que logró salir a hombros. Galería de imágenes de Alberto Galdona.

Ganado: Seis utreros de Ganadería de Pincha, muy bien presentados, aunque algo desiguales de hechuras, serios, cuajados, que cumplieron sobrados en varas y que en el último tercio desarrollaron nobleza y clase en distintas dosis. El tercero fue premiado con la vuelta al ruedo; el resto, aplaudido en el arrastre.

Novilleros: Javier Marín (saludos desde el tercio tras aviso y silencio tras aviso), Álvaro García (silencio tras aviso en ambos) y Maxime Solera (oreja tras aviso en ambos).

Presidencia: A cargo de Rocío Ventura, asesorada por la veterinaria Ana Lucía San José y por Santiago Campo, cumplió correctamente su cometido.

Incidencias: Tres cuartos de plaza. Tarde soleada y agradable, aunque con molestas ráfagas de viento. García y Solera hicieron el paseíllo desmonterados. Buena vara de Antonio Martín al tercero. El subalterno Omar Guerra saludó montera en mano tras banderillear a ese tercero. El ganadero, José Antonio Baigorri, saludó desde el tercio tras doblar el sexto, y su mayoral, Francisco Hidalgo, dio la vuelta al ruedo junto al novillero Solera.

Terminado el festejo, muchos aficionados caían en la comparación: «A mí me gustó más la del año pasado»; «pues ha sido mejor la de este año», aseguraba otro.

Lo cierto es que el ganadero navarro José Antonio Baigorri volvió a triunfar con su encierro de utreros, al igual que el año pasado. Y también lo es que el público llegó predispuesto a ver una buena novillada y que, por tanto, el festejo se desarrolló bajo cierto tono triunfal. Es más, el comienzo no fue muy prometedor. El noble primero resultó algo brusco, áspero de embestida y el segundo, también noble, embistió en muy corto recorrido; no pasó de ser un novillo más.

Y a partir de ahí la tarde se vino arriba. Tercero, quinto y sexto fueron tres muy buenos novillos, tanto en varas como en el último tercio. El cuarto, que punteó mucho, no acabó de romper en la muleta de Marín, que no tuvo su tarde.

Y todo ello pese a que, en conjunto, las lidias en los segundos tercios fueron bastante malas, lo que no sirvió para mejorar las condiciones de la materia prima, sino todo lo contrario.

En cuanto a presentación, nada que objetar y mucho que elogiar. En muchas plazas se lidian toros más chicos. La mayoría de los utreros navarros fueron aplaudidos de salida por sus buenas hechuras, por su buena crianza. Después, las palmas o las ovaciones se repitieron en el arrastre, aunque, sinceramente, los dos primeros no las merecieron. En cualquier caso, fue una tarde en la que los utreros estuvieron por encima de los novilleros, que lo intentaron, pero con muy dispar resultado.

El lote se lo llevó Solera, el menos placeado pero el más decidido, el que más en novillero estuvo. La pena es que pese a sus ganas se le vio verde, como su traje de luces; era su segunda novilada picada. Sin embargo, echó la muleta adelante y dio la cara ante el tercero, que tuvo mucha clase y que cada vez que tomaba la muleta se iba casi hasta Marcilla; tal fue su generoso recorrido. Mató de una casi entera y dos descabellos y cobró un trofeo. Del sexto, más alto y también con calidad, obtuvo otro tras una faena en la que llegó a ligar alguna serie con la diestra y quedó inédito por el pitón izquierdo.

Marín estuvo correcto y frío ante el primero; pese a ello, pudo cortarle una oreja pero su puntillero levantó al utrero dos veces. En fin… Ante el cuarto, que punteaba, no se decidió a dejarle la muleta puesta y además no anduvo fino con los aceros.

El madrileño García, por último, no salió de la vulgaridad. Con algún destello, dijo muy poco