El encierro navarro de Santafé Martón peleó con bravura en varas y ofreció un juego dispar en la muleta
Francisco Marco consiguió cortar ayer una oreja en el festival benéfico de Arzacq, en el que se lidiaron seis cuajados utreros del ganadero navarro Santafé Martón, que pelearon con bravura en el peto y ofrecieron un juego dispar en la muleta; unos resultaron muy toreables y otro mostraron algunas complicaciones; en conjunto, el encierro fue exigente.
En una plaza que prácticamente se llenó, el matador de toros navarro hizo el paseíllo con los también espadas de alternativa Marc Serrano (ovación tras aviso), Paulita (oreja tras aviso) y Julien Lescarret (oreja), y con los novilleros Milagros de Perú (vuelta al ruedo) y Fabio Castañeda (ovación tras aviso).
Maco se enfrentó al que abrió plaza, un utrero, casi cuatreño, que fue exigente, con ciertas complicaciones, que el diestro estellés supo superar. Lo cuajó de capa con templadas verónicas de ese fino estilo que caracteriza al navarro. El novillo, que se arrancó alegre al caballo, cumplió sobradamente en varas. Ya en el último tercio, realizó una faena en la que predominó el poderío sobre el lucimiento, sobre la filigrana, con mejores argumentos con la diestra, que fue el pitón bueno del novillo. La estocada del navarro, soberbia, hasta la bola, permitió la concesión de una más que justa y trabajada oreja.
Terminado el festejo, los toreros actuantes hicieron entrega de los beneficios a la escuela taurina que dirige el francés Richard Millian.