FALLECE EN MADRID ALFONSO GUARDIOLA, GANADERO SEVILLANO QUE LIDIÓ EN PAMPLONA

Alfonso Guardiola Domínguez.

Titular del hierro María Luisa Domínguez, lidió una corrida de toros en Pamplona en 1997.

El ganadero Alfonso Guardiola Domínguez, propietario de las ganaderías de María Luisa Domínguez y Pérez de Vargas y Puerto Frontino, falleció en la noche de ayer, tras una larga enfermedad, a los 74 años de edad.

Nacido en Sevilla, eligió El Puerto de Santa María como residencia en sus últimos años. Padre de cinco hijos, era perito agrícola pero dedicó su vida al toro, pues era su gran pasión. El criador de bravo tenía una marcada personalidad, gozaba de una extraordinaria popularidad en el mundo del toro y era una persona muy querida entre sus compañeros.

Jaime Guardiola, uno de sus dieciséis hermanos, explicó que había fallecido en Madrid, en una casa de la familia, a consecuencia de un cáncer que padecía. “En los últimos meses visitaba la Clínica Kyron, donde estaba siendo tratado. Sus cenizas serán trasladadas a Sevilla, donde se celebrará una ceremonia familiar íntima”. Posteriormente habrá dos funerales, uno en Sevilla y otro en la Iglesia Prioral de El Puerto.

Hijo de Salvador Guardiola Fantoni y de María Luisa Domínguez y Pérez de Vargas, tras el fallecimiento de ésta, en 1993, se hizo cargo de esta vacada de bravo.

Cuatro años después, en 1997, lidió una corrida de toros de Pamplona pero no le acompañó la suerte. El encierro, bien presentado aunque desigual, resultó blando, soso y descastado. Lo lidiaron el 9 de julio Miguel Rodríguez, Manuel Caballero y Javier Vázquez, que le cortó una oreja al tercero, la única que se concedió. El quinto, llamado Sonaja, regresó vivo a los corrales tras recibir Caballero los tres avisos reglamentarios.

Testimonios

El presidente de la Unión de Criadores de Toros de Lidia, Carlos Núñez, mostró su pésame por tal pérdida. “En nombre de la UCTL, a quien represento, pero especialmente, como ganadero y amigo, lamento profundamente la pérdida de Alfonso, un ganadero con una personalidad y con una afición desmedida”.

Otros ganaderos y personalidades del mundo del toro glosaron la figura del ganadero y del ser humano. En este sentido, Borja Domecq, titular del hierro de Jandilla reconoció que “Alfonso era un hombre entrañable, de una enorme simpatía y muy alegre. El único defecto que le puedo poner es que pensaba más en sus amigos que en él. He estado muy cerca de él en una etapa de mi vida y para mí ha sido una noticia muy triste. Alfonso tenía amigos por todo el mundo, dentro y fuera del toro, en cada ciudad. Humanamente ha sido una pérdida importante”.

Eduardo Miura, por su parte, sintió ‘mucho la pérdida de Alfonso. “Destaco su lucha por mantener siempre a la ganadería de su madre, María Luisa, en la categoría que siempre había estado, también por buscar un sitio a ese encaste tan poco extendido como es el de Pedrajas, y después por luchar contra su enfermedad”.

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