FALLECE EL GRAN BANDERILLERO JUAN LUIS DE LOS RÍOS ‘EL FORMIDABLE’

El Formidable fue homenajeado el 9 de julio de 1997 por las peñas pamplonesas.

En Pamplona, por su arte y su figura, fue idolatrado por las peñas, que corearon su alias y le homenajearon en 1997.

El gran banderillero Juan Luis de los Ríos ‘El Formidable’ ha fallecido este martes en tierras jerezanas a los 78 años de edad. Hombre de confianza de Ruiz Miguel y José Luis Galloso, siempre fue muy esperado por el público cuando tomaba las banderillas por su espectacularidad al clavarlas. De hecho, Manolo Chopera, cuando actuaba en Bilbao, le gratificaba porque la gente lo pedía. Pero fue en Pamplona donde realmente triunfó, tanto que fue idolatrado por las peñas, que corearon ese recordado “formidable, formidable”. Descanse en paz.

Su apodo le vino de su activa y popular participación en un programa que llevaba en Radio Madrid el popular Alberto Oliveras llamado ‘Ustedes son formidables’. Antes de hacerse banderillero, también probó suerte como novillero.

En Pamplona toreó a las órdenes de Francisco Ruiz Miguel y Tomás Campuzano, y saludó montera en mano en numerosas ocasiones después de clavar sus grandes pares de rehiletes.

Recibió un inolvidable homenaje de las peñas el 9 de julio de 1997, antes de comenzar la corrida de toros y en medio de un inoportuno aguacero. Volvió a escuchar desde el medio del ruedo su nombre, coreado por última vez. Los pañuelos de las peñas y una pequeña imagen de San Fermín le iban a recordar para el resto de su vida el cariño de la afición de Pamplona.

Preguntado por si en alguna plaza de España le tributaban tanto cariño como en la de Pamplona, respondió lo siguiente: “No. El cariño de Pamplona es insuperable, tiene un valor incalculable. Llevo treinta años en la profesión y mucho tiempo viniendo a Pamplona, me han cogido cariño y yo lo he cogido a Pamplona”.

Asimismo, se acordó de su hijo Juan Carlos, que debutaba unos días después como banderillero en la cuadrilla de Domingo Valderrama. Quería estar a su lado y esperaba que su hijo tuviese también el mismo afecto de la afición navarra. Pero no pudo ser. Tuvo la desventura de perderlo en julio de 2013, a causa de una enfermedad. Se truncó así una trayectoria muy prometedora que continuaba con la profesión de su padre. Descansen en paz.

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