Con su pérdida, desaparece la primera dinastía del maestro Juan Belmonte.
Blanca Belmonte Cossío, hija del mítico matador de toros Juan Belmonte, falleció en la noche del jueves en Sevilla a la edad de 86 años. Era la segunda de las dos hijas que tuvo el Pasmo de Triana con su esposa, Julia Cossío, si bien éste tuvo también un hijo natural, Juan Belmonte Campoy —fallecido en 1975—, de su relación con Concha Campoy y que fue matador de toros destacado.
Blanca, junto con su hermana Yolanda –Yola, como todos le llamaban cariñosamente y ya fallecida también-, mantuvieron a la muerte del genial matador de toros trianero la finca «Gómez Cardeña», lugar emblemático a las afueras de Utrera donde vivió y murió Belmonte, hecho del que se cumplirán 50 años el 8 de abril del próximo año. Precisamente la finca quedó dividida en dos partes –una para cada hermana- y ahora los hijos de ambas la continúan conservando como estaba hace 50 años. Es decir, si uno accede a Gómez Cardeña, podrá observar que la placita de tientas sigue igual que cuando Belmonte acudía a ella y se sentaba a contemplar sus posesiones. En el cortijo siguen estando tantos y tantos objetos de su padre, como el famoso retrato que le hizo el también genial Ignacio Zuloaga.
Viuda de Rafael Beca Gutiérrez, era madre de seis hijos: Rafael, Juan Carlos, Javier, Blanca, Ignacio y Miriam. De ellos, Juan Carlos siguió los pasos de su abuelo y se hizo matador de toros para, luego, dedicarse a las labores de apoderamiento, destacando su relación con Francisco Rivera «Paquirri». Se da la circunstancia de que el torero de Barbate se casó con Carmina Ordóñez, hija de Antonio Ordóñez, y Beca Belmonte con Belén, la otra hija del maestro rondeño. Aparte, Juan Carlos continúa en el mundo taurino y forma parte de una de las empresas que optan a regir la plaza de toros madrileña de Las Ventas.
Con la muerte de Blanca Belmonte Cossío se va la primera descendencia del matador de toros que revolucionó el arte de Cúchares y que fascinó no sólo a los aficionados, sino también a los intelectuales de la época. Blanca vivía en Sevilla aunque solía pasar temporadas en Madrid. No obstante, sus hijos continúan manteniendo viva la llama del Pasmo de Triana y de lo que supuso para el mundo de los toros la irrupción de este torero, del que Ramón Valle-Inclán —gran amigo suyo— dijo un día: «¡Juanito, sólo te falta morir en la plaza!», a lo que, de manera sarcástica, respondió Belmonte: «se hará lo que se pueda».
La misa corpore insepulto tendrá lugar hoy sábado, a las 9.45 horas en la parroquia de los Sagrados Corazones (Padres Blancos), en Los Remedios. Posteriormente, sus restos mortales serán trasladados al cementerio de San Fernando.