Manu Rodríguez tira con la rama del primer novillo, que no alcanzó el aprobado en el tentadero.
El ganadero, José Antonio Baigorri, aprobó los dos últimos para sementales.
Muy interesante resultó el sábado pasado la jornada campera vivida en El Ontanal de Lodosa, la finca donde se crían las reses bravas de Ganadería de Pincha. Fue un tentadero de tres machos, todos con este hierro y todos de procedencia Gerardo Ortega, prueba que satisfizo al ganadero, a José Antonio Baigorri, que al final de la tienta reconocía que ‘me conformaba con aprobar un macho; han sido dos, pues mejor que mejor”.
La suerte de varas volvió a correr a cargo de Jorge Martínez ‘Ramitos’, que cumplió a la perfección el mucho trabajo que tuvo. Dos banderilleros navarros de lujo, Manu Rodríguez y Pablo Simón auxiliaron con gran profesionalidad al matador de toros encargado de dar la cara ante los tres machos, a Esaú Fernández, que estuvo sobrado, francamente bien.
El primero de los machos, pese a tomar diez puyazos, no acabó de convencer en el peto al ganadero, por lo que no superó la prueba y no se pudo torear, ya que será lidiado en alguna plaza de toros.
Segundo y tercero, por el contrario, Desertor y Soñador, seleccionados por reata y hechuras, sí superaron la prueba y ejercerán de sementales. El primero tomó nada menos que catorce puyazos, todavía entregándose en los últimos. En la muleta del sevillano atesoró nobleza, fijeza, clase y durabilidad; permaneció en el ruedo nada menos que 36 minutos. El diestro de Camas ofreció una variada lección de técnica, con muletazos de todas las clases repletos de gusto. Una faena larga que tuvo su continuidad en el buen hacer a caballo del rejoneador riojano Sergio Domínguez y de la becerrista Patricia Sacristán, también riojana. Tras la actuación de ésta, Fernández pudo darle todavía un par de series ya a campo abierto.
Salió al ruedo después Soñador, eral como los demás, algo burraco. Bravo como el anterior en varas, en la muleta de Esaú acaparó todas las virtudes del anterior, pero además tuvo muy generoso recorrido y mucho motor. De nuevo, faena técnica del andaluz, con quietud y temple, entendiendo a la perfección al novillo. Y tras su larga faena, otra vez toreo del rejoneador Domínguez y de los becerristas navarros Nabil ‘El Moro’ y Bruno Martínez, que dejaron buena imagen, ante el ganadero y el pequeño grupo de aficionados que fue testigo de este magnífico tentadero.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX