Intervino además en un tentadero de cuatro vacas junto con los novilleros navarros Toñete y Javier Marín.
De cara a su preparación para su próximo compromiso, este viernes en Lodosa, el novillero pamplonés Francisco Expósito se desplazó recientemente a Burgos, hasta Hontomín, para matar en la finca La Cabañuela un toro de Antonio Bañuelos. Antes de hacerlo, se tentaron dos vacas del citado hierro. La suerte de varas corrió a cargo del picador Pedro Iturralde, que este año torea a las órdenes de Uceda Leal y que en el ruedo de plaza de tientas fue un ejemplo de profesionalidad.
La primera erala se desplazó con nobleza pero en corto recorrido y Expósito la entendió a la perfección. Se dobló con ella en el inicio de faena y luego dibujó series limpias por ambos pitones, llevándola siempre muy empapada en la muleta.
La segunda le correspondió Antonio Catalán Palazón “Toñete”, joven becerrista de 16 años, nacido en Madrid pero con profundas raíces navarras, que está toreando bajo la tutela del matador de toros madrileño Ángel Gómez Escorial. Y la suerte no le acompañó. Justo cuando cogió la muleta, descargó una tormenta y así, bajo la lluvia, se las tuvo que ver con una vaca complicada, ante la que se peleó con valentía; incluso logró robarle muletazos de buen trazo.
Después, saltó al ruedo el toro, también de Antonio Bañuelos. Tras entrar dos veces al caballo, en la faena de muleta se mostró inicialmente brusco, tal vez por haberse quedado algo crudo en varas, por no haber recibido un picotazo más. Sin embargo, fue ganando en nobleza y Expósito aprovechó tal condición, sobre todo por el pitón de derecho. Tras un trasteo largo, en el que se tuvo que esforzar, mató de una estocada hasta la bola.
La jornada campera, ya avanzada la tarde, continuó con la tienta de otras dos vacas. De la primera se hizo cargo Toñete, para que Expósito pudiera recuperarse y descansar. El joven continuó sin suerte pues la vaca resultó muy complicada, no dio opción alguna y, de nuevo, comenzó a llover.
Sin embargo, la cuarta y última fue la mejor de la tienta. Se desplazó con nobleza y clase por ambos pitones con amplio recorrido. Y Expósito se lució ante ella en una faena larga. Por ello, invitó a torearla a Toñete, que se pudo sacar la espina clavada.
A lo largo del tentadero, intervino también, en tres de las cuatro vacas, Javier Marín, novillero de Cintruénigo que se mostró muy seguro con la muleta y ejecutó buenos derechazos, pases que también le sirvieron de preparación para afrontar su nueva etapa como novillero con picadores.