
Los socios del taurino pamplonés en Aguadulce, con el ganadero Luis Aristrain en el centro y Tomás Campuzano, el primero de los agachados por la izqueirda. Fotografía: Soco Pascual.
Presenció además dos tentaderos, uno de ellos a cargo del matador de toros Agustín de Espartinas.
Acompañado por un clima más primaveral que otoñal, medio centenar de socios del Club Taurino de Pamplona aprovechó el puente foral para visitar cuatro ganaderías de bravo del campo andaluz. La primera jornada campera la vivieron el día 1 en la finca cordobesa Villalobillos, que fue de Manuel Benítez “El Cordobés” y que hoy es propiedad de Ramón Sánchez Recio, cuya ganadería es de procedencia Manuel Arranz. Allí, asistieron a un tentadero a cargo de los alumnos de la Escuela Taurina de Córdoba.
Al día siguiente, disfrutaron de otra tienta, esta vez protagonizada por el matador de toros Agustín de Espartinas y llevada a cabo en la localidad sevillana de El Garrobo, en la dehesa Casa Toril, propiedad de José María Aristrain, donde se crían los toros de Aguadulce, de procedencia Carlos Núñez. En este lugar, compartieron mesa con el ganadero, con el citado torero y con Tomás Campuzano.
Tras una jornada de descanso, en la que visitaron la exposición dedicada a Joselito y Belmonte, los aficionados pamploneses se desplazaron el día 4 a tierras sevillanas de Puebla del Río, a la finca Monte de Peralta, donde se crían los caballos y los novillos –de procedencia Contreras- de los célebres rejoneadores Ángel y Rafael Peralta.
La última parada campera, el 5 de diciembre, tuvo por destino la localidad sevillana de Constantina, concretamente Dehesa de Frías, en la que descansan los toros de Dolores Aguirre. Allí, en pleno campo, pudieron observar los toros que viajarán a Pamplona el año que viene.