Pase de pecho del navarro Javier Marín en un festival campero del año pasado en la plaza de Pamplona.
Además, hace historia al decidir que los dos festivales matinales no sean gratuitos y cobrar un euro por entrada.
El Ayuntamiento de Pamplona ha decidido reducir un 68 por ciento el presupuesto para los dos festejos taurinos que organiza en las mañanas de San Fermín, los dos tradicionales festivales camperos que acoge la plaza de Pamplona desde hace muchos años.
No conforme, y a diferencia de otros ayuntamientos cercanos que sí apuestan por la fiesta de los toros, como los de Tudela y Zaragoza, va a cambiar la fórmula de gestión y pemitir que se cobre un euro por entrada, a unos festejos que siempre han sido gratuitos.
Desde hace unos años, ya consintió que se celebrasen sin muerte de astados, debido a una denuncia, sólo una, que fue presentada en el conssistorio, decisión que tomó sin consultar a nadie, ni siquiera al sector taurino de la ciudad.
Los festivales camperos matinales se celebraban siempre con muerte de las reses y, hasta ahora, en los últimos años, acudían a cada una de esas fiestas camperas un mínimo de cinco, seis mil personas (hagan cuentas de lo que desean recaudar las arcas municipales). Madres y padres iban a la plaza con sus hijos para echar un rato de la mañana, para que sus pequeños descendientes disfrutasen viendo toros y caballos –algo que la mayoría jamás había visto- y porque, algo muy importante, y más en estos tiempos de apretado cinturón, eran gratuitos. Por otro lado, los dos festejos suponían una pequeña oportunidad para jóvenes promesas del toreo navarro y también para los ganaderos de bravo de esta tierra. Al fin y al cabo, se trataba de torear o lidiar en la plaza de Pamplona, lo que no es moco de pavo; al contrario, todos ellos eran conscientes de que muchos ojos les estaban observando e, incluso, examinando.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX