COLOMBO FLIRTEA CON LAS PEÑAS Y CONSIGUE LA ÚNICA OREJA DE LA TARDE

Espectacular par al violín de Colombo. Fotografía: Eduardo Buxens.

El encierro de Cebada Gago, salvo el buen quinto, resultó áspero, duro y sacó genio.

Ganado: Seis toros de Cebada Gago, magníficamente presentados pero complicados en su conjunto, duros, ásperos, con genio y de escaso juego, salvo el quinto, el mejor, noble y manejable.

Toreros: Juan Leal (saludos y silencio), Román (saludos y vuelta al ruedo) y Jesús Enrique Colombo (saludos y oreja).

Presidencia: a cargo de Federico Colmenar, asesorado por Juan Ignacio Ganuza y la veterinaria María Resano, cumplió correctamente su cometido.

Incidencias: Lleno. Tarde soleada y muy calurosa.

Habíamos vivido las mañanas de San Fermín con una cierta tranquilidad aparente hasta que llegaron a las calles los temidos cebadas, los que ahogan a propios y ajenos con sus peligrosísimas carreras. Este lunes no fue diferente. Fieles a su guion.

Contuvimos la respiración a las ocho y después en algunos tramos de la corrida, que no fue fácil por la áspera, dura y geniuda embestida del conjunto del encierro. La mayoría fueron para corazones valientes, a excepción de un buen quinto, que fue manejable.

No fue cómodo el primer Cebada, que saltó al ruedo y ya comenzó quedándose corto en los primero tercios y luego en la muleta fue protestón y pegajoso. Dispuesto, se fue a los medios y de rodillas con un cambiado lo recibió para después continuar por la diestra. Acudió a por todo pero se fue quedando cortó hasta que apretó. Luego, transitó en una faena de querer, valiente y temeraria de nuevo cuando se echó de rodillas para cerrar. Se jugó la vida realmente ante un toro nada agradecido. Mató de dos pinchazos y una estocada, y saludó desde el tercio.

Leal, de verde botella y oro, se fue de nuevo a los medios y esta vez haciendo el péndulo recibió al cuarto con la muleta, que tuvo brío en los primeros tercios pero luego se aplomó y fue muy protestón. Se movió sin una pizca de entrega y siempre a la defensiva. Terminó con un pinchazo y una estocada baja y el público guardó silencio.

Muy incómodo fue el segundo, que le tocó a Román, a la vez que soso, Vestido de grosella y oro, le planteó una faena en la que todo fue disposición y ganas. Trató de engancharlo el valenciano para llevarlo metido en los engaños, pero la embestida fue deslucida siempre y no hubo hilo con el tendido. Un continuo muleteo sin lograr solidez. Mató de una estocada y el público guardó silencio. Tampoco logró compactar una faena con el quinto, que fue el toro con mayor calidad. Se desplazaba metiendo la cara y con gran profundidad en el viaje, con mayor emoción por el izquierdo, pitón por el que humillaba mucho. Tuvo su miga y todo lo quiso por bajo y despacio. Román trató de plantearle una faena que en ocasiones tendía a acelerarse y eso el animal lo rechazaba. Tras un pinchazo, terminó con una estocada y dio la vuelta al ruedo.

Vistoso fue el recibo con el capote de Colombo a su primero, al que se le presentó con dos largas. Un cañón el toro. Vestido de grana y oro, ejecutó un recibo con mucha garra. Velocísimo fue después en el tercio de banderillas que llevó a cabo el matador con una fuerte conexión con las peñas, un coqueteo que no cesó y que terminó cuajando. Buscó la espectacularidad y luego en la faena tiró de oficio pero el toro se quedaba corto y fue muy protestón. Embestía con una brusquedad tremenda. Echando la cara siempre arriba cuando llegaba a tocar los engaños. Una faena de titán, de ponerse delante y esquivar derrotes. Mató de un pinchazo y una estocada baja, y saludó desde el tercio.

El premio llegó en el sexto. Las peñas lo esperaron. Intensa fue la primera conexión y ahora repitió por el mismo palo. Banderilleó espectacularmente, un show que en Pamplona llega y es clave, es la fiesta y aquí ya se sabe. Les brindó a ellas. Que más querían. Comunión y entendimiento para que llegase el éxtasis En la faena tiró más de recursos y garra que de toreo de base, pero el toro se quedaba corto y no admitía mucho. Al final, tras una estocada, cuajó la historia y el final fue feliz. Oreja.

Información de Jesús Rubio publicada en Diario de Navarra.

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