BALANCE DEL CICLO SANFERMINERO. LA FERIA DE LOS TOREROS. OPINIÓN

El debutante Javier Jiménez sufrió la cogida más espectacular de la feria.

El debutante Javier Jiménez sufrió la cogida más espectacular de la feria.

Dado que los toros no han anduvieron sobrados de fuerza, uno de los factores más positivos de esta feria ha sido la buena disposición de los toreros, de un total de veintidós matadores de toros.

A diferencia de otros ciclos, no hubo diestros que no quisieran ver a sus toros, que provocasen el enfado del público por desentenderse de su compromiso. Ninguno. Y esto es siempre un factor digno de agradecimiento y señal de que la feria ha rodado aceptablemente.

Esta buena disposición de los espadas permitió que en seis de las ocho tardes de la feria se cortasen trofeos, hasta un total de 14 (1,75 de media por corrida de toros), el mismo número que en 2015 y 2014, dos más que en 2013 y tres menos que en 2012.

A estos trofeos se les puede sumar nada menos que diez más, los concedidos en los dos primeros festejos del abono sanferminero, en la novillada y la corrida de rejones, que se saldó con la concesión de media docena de orejas. Con ellos, la media sube a 2,4 orejas por festejo.

Orejas populares

Regresando a la llamada Feria del Toro, catorce matadores de toros se fueron de vacío y sólo ocho consiguieron algún trofeo. Pasearon en triunfo una oreja, por petición popular, Juan Bautista, Juan José Padilla, Alejandro Talavante, Sebastian Castella y Eduardo Dávila Miura. López Simón cortó dos, una en cada tarde de las dos que actuó.

Y sólo dos consiguieron desorejar a un toro y salir así a hombros. Por un lado, El Juli, al que el día 12 le dieron las dos orejas del quinto de la tarde, de Victoriano del Río. Por otro, el debutante Roca Rey, que el 7 consiguió las dos orejas del sexto, de Fuente Ymbro, y que seis días más tarde cortó las dos del tercero, de Núñez del Cuvillo. Pues bien, ninguno mereció el doble trofeo.

El reglamento taurino fija como esencial para la concesión de la segunda oreja la colocación del estoque. El espada madrileño mató de una muy trasera. El joven peruano, de un bajonazo el primer día y de otra caída seis días más tarde. Por tanto, Roca Rey sí mereció la salida a hombros el día 7, pero con dos orejas en su haber –una y una- y no con tres; y debió abandonar la plaza a pie el día 13, con un trofeo, al igual que El Juli el día anterior: una oreja y a pie.

Lo cierto es que, a lo largo de las ocho tardes de la feria, sólo se pudo disfrutar de una faena merecedora de dos orejas. Fue la que realizó Alejandro Talavante al quinto de la tarde del 11 de julio, un toro de Jandilla con mucha calidad en la muleta. Pero el extremeño falló al matar y se tuvo que conformar con dar una vuelta al ruedo, la de más peso de la feria.

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