Pase de pecho de Jesús Chover al seugndo de la tarde.
El novillero valenciano cortó tres orejas a una noble novillada de Hermanos Pérez Villena.
Ganado: Cuatro utreros de Hermanos Pérez Villena, correctos de presentación, más chicos los dos primeros, cómodos de cara, no sobrados de fuerza, nobles, con menos clase los dos últimos; el segundo fue premiado con la vuelta al ruedo.
Novilleros: Juan del Moral (oreja y vuelta por su cuenta tras aviso) y Jesús Chover (dos orejas y oreja).
Presidencia: A cargo de Javier Aztarain, asesorado por Agurtzane Jiménez y Francisco Gómez Vique, regular, tirando a mal, por conceder la vuelta al ruedo a un novillo que no la mereció y que nadie pidió; por lo demás, correcta.
Incidencias: Más de media plaza. Tarde agradable de nubes y claros con molestas rachas de viento. Los dos novilleros hicieron el paseíllo desmonterados.
Un homenaje en el ruedo del grupo de mulilleros al ganadero Javier Pérez Villena sirvió de prólogo al festejo de cierre la feria, una novillada picada de buen, de alegre tono por la materia prima y la mano de obra.
La novillada fue buena para el toreo por su nobleza; pero los dos primeros, más chicos, atesoraron más calidad que la pareja de cierre. Se le dio la vuelta al segundo, inmerecidamente, porque nadie la pidió y porque apenas fue picado, suerte mal ejecutada, además, por muy trasera. El utrero tomó la muleta con nobleza y clase, y tuvo duración, por lo que una ovación póstuma habría sido suficiente.
De los dos novilleros, el menos veterano, Chover, conquistó la plaza. Y lo hizo a base de valor, de pundonor y de toreo. A su primero lo recibió con mecidas verónicas y vistosas chicuelinas al paso. En banderillas, se metió la plaza en el bolsillo, sobre todo con un tercer par al quiebro por los adentros. Y con la muleta toreó a gusto ante un novillo justo de fuerza, noblón, que no dio problema alguno. Hizo dos faenas en una; la primera, con mejor sentido por derechazos que al natural, rematando bien las series; la segunda, en muy cortas distancias, en un alarde de valor, en el que hizo lo que quiso y jugó con el novillo. Se tiró a matar y salió prendido, con un puntacito en la zona testicular. Dolorido, volvió a la cara del novillo y toreó de rodillas antes de acabar con un estoconazo. Dos orejas a la entrega de un novillero completo.
Frente al cuarto, más aspero, estuvo asimismo bien en todos los tercios pero en un tono más apagado. Manoletinas, media caída, estocada y otra oreja.
Por su parte, el gaditano Del Moral protagonizó una digna actuación. Realizó una buena faena ante el que abrió plaza, noblón y dócil, al que toreó con serenidad, temple y bastante limpieza; mató de una estocada caída y cobró el primer trofeo de la tarde.
Al tercero, más brusco, lo recibió a portagayola y faltó poco para la tragedia. En el último tercio, dibujó una faena de altibajos, en la que hubo varios buenos muletazos y demasiados trapazos. Pese a ello, el de Rota perdió la puerta grande por el descabello.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX