Los encierros de El Parralejo y de San Pelayo superaron el reconocimiento veterinario.
A primera hora de la mañana de ayer, se descargaron los toros de Victoriano del Río, que ha traído siete ejemplares, todos negros, desde la madrileña Guadalix de la Sierra, uno de ellos con su otro hierro, Toros de Cortés, del mismo propietario y de igual procedencia. El peso medio que arrojaron en la báscula fue de 559 kilos, quince menos que el encierro del año pasado.
Tres toros, el 24, 42 y el 44, se pueden considerar cinqueños, ya que nacieron en julio de 2008. Otros dos, el 48 y el 52, lo hicieron en agosto de ese mismo año. Y los dos restantes, el 106 y el 171, en octubre y septiembre de 2008, respectivamente. Entre el de mayor y menor peso, existe una diferencia de 85 kilos.
Responden a estas señas: Empanado, número 24, de 550 kilos; Jocundo, 42, de 550; Esmerado, 44, de 590; Distante, 48, de 595; Diamante, 52, de 565; Cantaor, 106, de 510; y Valenciano, 171, de 555; éste último lleva el hierro de Toros de Cortés.
Primeros reconocimientos
Por otro lado, los encierros de El Parralejo y de San Pelayo superaron ayer el reconocimiento veterinario. En total, fueron reconocidas ayer 17 reses bravas, nueve utreros y ocho toros, y todas ellas fueron declaradas “útiles” para la lidia.