SÁNCHEZ RECIO, GANADERO: “A LA FIESTA LE FALTA EL TORO DE ¡OZÚ!”

El ganadero Ramón Sánchez Recio y Juan Ignacio Ganuza en un momento de la charla.

El ganadero Ramón Sánchez Recio y Juan Ignacio Ganuza en un momento de la charla.

El criador de bravo cordobés ofreció una charla en el Club Taurino de Pamplona, en la que se mostró muy crítico con la situación actual.

“El toro de ¡ozú! ha desaparecido de la fiesta taurina. Y me explico. ¿Cuál es este toro? Sirva este ejemplo. En los sorteos, cuando van saliendo los toros para enlotarlos y las cuadrillas siguen hablando entre sí –que si qué tal la familia, que cómo va la vida, que la corrida es bonita…-, malo. En cambio, cuando aparece un toro de verdad, con trapío, exclaman ‘¡ozú!’. Ese es el toro del ¡ozú!, el que tiene trapío, que casi ha desaparecido de la fiesta”, indicó el ganadero cordobés Ramón Sánchez Recio en el transcurso de una charla que ofreció en el Club Taurino de Pamplona.

Lamentó asimismo el cambio que ha habido en el toro bravo respecto a su juego. “Al toro se le ha quitado bravura y se le ha añadido nobleza, bondad. Por eso, ahora se pueden ver faenas tan largas, de trescientos muletazos, que acaban aburriendo al propio torero.

Quien también es veterinario, tras hacer un repaso de diferentes toreros –como Manolete, Mondeño, Ojeda y José Tomas-, se mostró muy crítico con el momento actual de la Fiesta. “Ahora las figuras lo que hacen es un circuito. Eligen los toros, los compañeros de cartel… Y, salvo Pamplona, Sevilla y Madrid, todas las ferias, incluida la de Bilbao, forman parte de ese circuito”.

A lo largo de su intervención, Sánchez Recio narró numerosas anécdotas. Entre ellas, la del momento crítico que vivió la cabaña brava con la Guerra Civil de 1936. “Durante la contienda, los toros de lidia estuvieron a punto de desaparecer, pues sirvieron para dar de comer a las tropas. Únicamente, quedaron tres islas con toros bravos: la marisma del Guadalquivir, Sierra Morena y Salamanca; las dos primeras aguantaron porque no entraba nadie en ellas y la salmantina, porque era el cuartel general de Franco”.

La ganadería de este criador bravo andaluz se asienta en la finca cordobesa Villalobillos, que fue propiedad de Manuel Benítez “El Cordobés”. Procede de la de Manuel Arranz, formada por reses de procedencia Graciliano Pérez Tabernero, Conde la Corte y Antonio Pérez. A finales de los 60, el padre de Ramón Sánchez Recio fue comprándole ganado a Arranz hasta que en 1977 ya se anunció con su nombre actual.

En este sentido, el ganadero aseguró que el toro que en 1974 acabó con la vida del pamplonés Juan Ignacio Eraso, de 18 años, y residente en el barrio de la Chantrea, en el encierro del 12 de julio, pertenecía ya a la ganadería de su padre, aunque estaba marcado con el hierro de Manuel Arranz.

Este toro, berrendo en negro y listón, marcado con el 51 y de 530 kilos, se llamaba Palmello. Curiosamente, no fue lidiado en la plaza por la tarde porque una tormenta obligó a suspender el festejo tras la muerte del tercero de la tarde. Se le mató al día siguiente en un corral, una vez finalizada la corrida de Miura.

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