Natural de Ginés Marín al tercero de la tarde.
El juego que dio el encierro de Puerto de San Lorenzo y La Ventana del Puerto no dejó posibilidades de lucimiento a la terna. Fotografías: Javier Arroyo.
Ganado: Cuatro toros de Puerto de San Loernzo y dos de La Ventana del Puerto, cuarto y quinto, bien presentados, pero completamente deslucidos, sin casta, sin clase, sin recorrido; todos se lo dejaron en presencia.
Toreros: Emilio de Justo (silencio y silencio tras aviso), López Simón (silencio tras aviso y vuelta al ruedo por su cuenta) y Ginés Marín (silencio y saludos por su cuenta).
Lugar y fecha: Plaza de toros de Pamplona, en Navarra. 7 de julio.
Incidencias: Lleno. Tarde soleada y agradable. Antes del paseíllo, las peñas homenajearon en el ruedo a La Pamplonesa.
Visto el juego que ofrecieron y conociendo el criterio de la empresa, es muy probable que Puerto de San Lorenzo se tome un descanso en la Feria del Toro el año que viene. Ninguno de los seis dio opciones. Sólo el cuarto tuvo un pitón derecho aceptable. Fue un encierro carente de clase, de recorrido, muy deslucido. En esta ocasión, la disposición, las ganas de los diestros salvaron la tarde.
Ésta la crónica del festejo publicada en Aplausos.es: “Salió suelto el primero del capote de Emilio de Justo. Con la muleta, la difícil embestida del de Puerto de San Lorenzo no se lo puso fácil al extremeño. Fue difícil encontrar la ligazón. Por el pitón derecho pudo cuajar alguna serie, pero los derrotes a la salida del muletazo no le dieron posibilidad de lucimiento. Se mantuvo firme De Justo. Estocada casi entera.
El cuarto, de La Ventana del Puerto, no terminó de romper en el capote. El toro mostró buenas embestidas al inicio del trasteo. Emilio de Justo lo lidió con series de muletazos largos, aunque la res no le permitió gran lucimiento. Concluyó la faena por manoletinas y mató de estocada caída. El toro se amorcilló y tuvo que recurrir al golpe de verduguillo en repetidas ocasiones.
El segundo respondió bien en la muleta. Ginés Marín quitó bien por chicuelinas. López Simón empezó la faena de muleta con muletazos de rodillas en el tercio. El toro, noble, fue a menos. El madrileño se mostró muy entregado durante toda la lidia. Mató de estocada atravesada y tuvo que recurrir al descabello.
Destacaron los lances del delantal de López Simón al quinto. Lo recibió en la muleta como en su primero: descalzo, con muletazos por alto rodillas en tierra. Continuó por el mismo pitón, por donde el de La Ventana dio buen juego. Fue perdiendo celo, acortando el recorrido y tardeando. En el último tramo de la faena perdió fuerza y acabó echándose, lo que obligó a López Simón a coger los aceros.
El que hizo tercero salió suelto del capote. Mostraba querencia a la puerta de entrada del encierro. El toro mostró nobleza. El mejor pitón fue el izquierdo, por el que Ginés Marín le ligó muy buenos muletazos, largos. Le guardó bien las distancias. Basó la faena al natural. Mató de pinchazo y estocada entera.
Buen recibo capotero de Ginés Marín. Quitó Emilio de Justo por chicuelinas y perdió el capote en un derrote del toro. Marín empezó la faena a media altura; el astado perdía las manos. Al natural consiguió sacarle algunos muletazos bien ligados, pero no logró alcanzar el lucimiento que buscaba. Le puso muchas ganas. Dejó media estocada antes de descabellar”.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX