Un momento del encierro con los novillos de Apolinar Soriano. Fotografía: Galdona.
El primero se llevó a cabo con erales de Apolinar Soriano y el segundo, con reses de José Arriazu, ganadero navarro de Ablitas.
Dos encierros celebró ayer Peralta. El primero, a las ocho y cuarto con novillos de Apolinar Soriano. El segundo, con reses de la ganadería de Arriazu de Ablitas. No se registraron heridos de gravedad. El primero duró 1’ 51 y el segundo, 2’38.
En el primer encierro en la salida del corral y en todo el tramo de la calle Mayor, la manada galopó protegida por los cabestros, que arroparon a los novillos. El primer tramo lo recorrieron a gran velocidad, hasta la entrada en la calle Irurzun. Al llegar al último tramo, desde la residencia a la curva de entrada de la plaza de toros, la manada cogió el centro de la calle, y uno de los novillos cogió la delantera.
El segundo fue el primero desde el puente. La gran mayoría de los corredores, pasaron por el tradicional caldico en el puente, y ya a las nueve comenzó el encierro de vacas. Esta vez las reses salieron en manada, todas menos una, que pareció que iba a hacer el recorrido en solitario, derrotando desde el comienzo para todos los lados.
Información publicada en Diario de Navarra.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX