El caballo ‘Chenel’, que reapareció después de catorce meses, cayó al suelo con su jinete y el estellés fue embestido en la arena por el toro, por fortuna sin consecuencias.
Ganado: Toros de El Arriero, segundo y cuarto, Trinidad, primero y sexto, Santa Rita, tercero, y Charrón, quinto, desiguales de presentación y de juego.
Rejoneadores: Pablo Hermoso de Mendoza (dos orejas y oreja), Wilson Valladares (ovación y silencio tras dos avisos) y Sebastián Peñaherrera (oreja y vuelta), que tomó la alternativa.
Lugar y fecha: plaza de toros portátil San Francisco de Tambillo, en Quito (Ecuador). 4 de diciembre.
Incidencias: Casi lleno. Valladares sustituyó a Restrepo. El caballero salió a hombros. Le dio la alternativa a Peñaherrera con el toro Zalamero, castaño chorreado, del hierro de Trinidad. Antes del paseíllo se realizó una exhibición de caballos de paso fino peruano. El festejo comenzó con veinte minutos de retraso.
Si el domingo pasado, en el comienzo de campaña, cortó el único trofeo de la tarde en Lima, el miércoles, tres días después, en Quito, sumó tres más y consiguió su primera puerta grande en el que fue su segundo festejo de su temporada americana.
Como en esa ciudad está prohibida la muerte de astados, la corrida se celebró en Tambillo, una población situada a escasos quince kilómetros de la capital ecuatoriana.
Y, además del triunfo, del caballero navarro, la tarde arrojó diversas novedades, como la concesión de una alternativa, la reaparición de Chenel catorce meses después de la lesión de ligamentos que sufrió en Logroño, y el debut de dos caballos de la cuadra del estellés, ambos en banderillas: Universo, un ejemplar menudo, adquirido por Hermoso de Mendoza a Joao Moura días antes de viajar a América y al que el rejoneador se está acoplando, y Duende, que mostró muy buenas maneras y dará mucho de qué hablar.
Respecto al festejo en sí, el torero navarro recibió a sus dos toros sobre Unamuno, que los paró muy despacio porque tuvieron muy buena condición. En banderillas, utilizó cuatro caballos. Ante su primero, Chenel puso la emoción con una vuelta de galopes de costado templados, con sus trincherazos irrepetibles y con ese asomarse al balcón en cada una de las banderillas. Pero, mientras galopaba de costado, tal vez por confiarse demasiado, se fue al suelo con su jinete, que fue embestido por el toro; por fortuna, todo quedó en un susto y el estellés y su montura salieron ilesos. Cerró este tercio Universo, un nuevo caballo que transmitió muy buenas sensaciones, sobre todo a la hora de lidiar en redondo.
Frente al cuarto, el tercio de banderillas lo completó con Duende, que ejecutó con elegancia el toreo de costado y fue espectacular en los cites, y con el veterano Dalí, que calentó los tendidos con sus piruetas y con sus cites con la cola.
Por último, Colomo protagonizó los dos tercios finales y ayudó mucho al estellés en las cortas, en adornos como el del teléfono y en dos certeros rejones letales, en el cuarto tras pinchazo. El resultado final –dos orejas y oreja- permitió al torero navarro alcanzar su primera puerta grande en esta nueva campaña americana.